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Entrevista:

"España debe preparar sus estructuras para beneficiarse de la política regional comunitaria"

Pregunta. Paro, crisis sectorial, amenaza energética. ¿No puede decirse que la CEE tenga un panorama muy positivo por el momento?Respuesta. Creo que la Comunidad se encuentra actualmente en un período de crisis grave por su situación económica y social en los nueve países y por las dificultades que se manifiestan en el funciona miento de las instituciones comunitarias. Pero, al mismo tiempo, la CEE se encuentra ante una perspectiva de desarrollo, de refuerzo y de crecimiento. Nos encontramos, por consiguiente, en una situación que podemos calificar de contradictoria. Por una parte, problemas que amenazan con bloquear nuestro funcionamiento; por otra parte, la esperanza fundada en un desarrollo.

Falta la costumbre de solventar problemas

P. ¿Cuáles son los factores negativos?

R. La Comunidad, por su propia historia, no está acostumbrada, ni mucho menos preparada, para afrontar el tipo de problemas socioeconómicos que se manifiestan. hoy en Europa y, sobre todo, el dramático y grave problema del paro masivo, en particular entre los jóvenes. ¿Por qué esta impotencia de la CEE en resolver tales temas? Porque la Comunidad nació y se desarrolló en la primera fase de su existencia en un largo período de prosperidad, de crecimiento, favorecido y estimulado por su propia, dinámica. La unión aduanera. la política agrícola, la política comercial favorecieron el estímulo para los intercambios comerciales. La nueva división internacional del trabajo. el crecimiento de los países en vías de desarrollo, la competencia comercial del Japón, la crisis monetaria internacional -con la caída de la cotización del dólar el aumento del precio del petróleo y el conjunto de otras materias primas son factores interrelacionados, que han contribuido, en el interior de la Comunidad, a tensiones e incrementos de los desequilibrios internos entre las regiones de la CEE.

P. ¿La Comunidad no ha favorecido, por consiguiente, el reequilibrio entre las regiones desarrolladas y las subdesarrolladas?

R. La crisis actual contribuye a disipar la ilusión que la prosperidad y el crecimiento puedan proseguir indefinidamente sólo en virtud del Mercado Común, de la liberalización de los intercambios comerciales. Cuando la Comunidad nació se sabía perfectamente cuál era la diferencia entre las regiones de Hamburgo y Calabria, entre las de París y Sicilia, entre la región del Ruhr e Irlanda. Se sabía perfectamente, pero se consideró que el crecimiento por sí solo, la ampliación, la unificación del mercado, contribuirían a resolver tales diferencias. Hoy nos damos cuenta que no ocurre así. Nosotros, los socialistas, advertimos hace tiempo que la economía de competencia por sí sola no corrige los desequilibrios aporta concentración de la actividad económica en las áreas fuertes y, al contrario, tiende a sustraer los recursos y a rebajar el nivel de desarrollo de las áreas débiles. Por esto pretendemos, con cierto retraso, políticas coherentes de armonización económica; entre otras. la política regional.

Política regional: Superar el concepto de política complementaria

P. Resulta difícilmente concebible que la CEE se dé cuenta, con tantos años de retraso, de la necesidad de crear una política regional.

R. La política regional tiende a equilibrar las situaciones diversas que existen entre las regiones comunitarias. Pero la política regional nació cuando la Comunidad tenía ya 18 años de vida, en 1975, con ocasión de la primera ampliación, con el ingreso de Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca. La política regional, sin embargo, nació como una política secundaria, de complemento, debido a que la entrada de los tres nuevos Estados miembros aportaban otras regiones con índices de desarrollo bajos, sobre todo en el caso de Irlanda -cuya totalidad de territorio entra en el programa de ayuda regional- Gran Bretaña, con Escocia y Gales, y Dinamarca, con Groenlandia. La primera ampliación de la CEE aportó, por consiguiente, un estímulo importante para crear, con retraso, un instrumento de política regional.

P. La presencia de amplias zonas con niveles de desarrollo muy por debajo de la comunitaria, en el caso de los tres países candidatos a la segunda ampliación del Mercado Común, ¿será un nuevo estímulo o un freno para la frágil política regional?

R. En mi opinión, la segunda ampliación comunitaria, con el ingreso de Grecia, España y Portugal, será una nueva aportación vigorosa para la política regional. Si el primer proceso de ampliación contribuyó al nacimiento de la política regional, el segundo su pondrá un crecimiento de los instrumentos comunitarios dedicados al desarrollo regional. Los efectos son ya perceptibles Después de los tres primeros años de funcionamiento de la política regional, caracterizados por escasos recursos financieros del Fondo Regional. pasamos ahora a trazar un diseño de política regional, a una nueva fase que después de muchos meses de indecisión, fue aprobada por el Consejo de Ministros comunitario del pasado 6 de febrero.

P. ¿Cómo define este nuevo capítulo de la política regional?

R. Nuestra política regional no es sólo el instrumento de ayuda financiera del Fondo Regional, aumentado en el último presupuesto de la CEE por parte del Parlamento Europeo; es también una estrategia de política regional que puede definirse, primero, en términos de objetivos, y después, en instrumentos y plazos para alcanzar tales objetivos. Como objetivos prioritarios tenemos en cuenta dos grandes categorías a distinguir: la reducción del desequilibrio existente y la prevención contra nuevos desequilibrios que puedan surgir. En el primer caso, con intervenciones para suscitar, promover y sostener actividades productivas en las regiones débiles, con la creación de inversiones no sólo productivas, sino también infraestructurales. Sobre todo, porque la experiencia demuestra que en muchas ocasiones es la falta de carreteras, aeropuertos, puertos, etcétera, la que mantiene ciertas regiones en estado de subdesarrollo. Cada Estado miembro de la CEE, a partir de ahora, presentará un «programa de desarrollo regional» a la comisión europea para definir, de común acuerdo, las medidas a favor de las zonas menos favorecidas del conjunto comunitario. La segunda parte importante de nuestra estrategia se orienta a corregir y prevenir la aparición de nuevos focos de desequilibrio regional en zonas que afectadas por la crisis actual y por la concentración masiva de algunas actividades en decadencia (caso de la siderurgia, textil o construcción naval), peligran de sufrir un retroceso económico.

P. ¿A partir de qué otras políticas comunitarias se debe contribuir al desarrollo regional?

R. Tenemos que lograr que todas las políticas comunitarias tengan en cuenta la política regional. Por ejemplo, la política agrícola común se divide, como es sabido, en dos partes: la de precios y la de estructuras. Orientar y reforzar la sección estructuras de la política agrícola común hacía el desarrollo de las zonas más pobres de la Comunidad es contribuir al desarrollo regional con otros instrumentos que los propios del Fondo Regional. El denominado paquete mediterráneo de la política agrícola, con particular atención a las producciones meridionales de la CEE y con medidas complementarías para creación de regadíos, construcción de pantanos, carreteras, fábricas de transformación de frutos y legumbres, etcétera; son elementos nuevos que hemos introducido y que se incluyen en el conjunto de la política regional comunitaria, al favorecer regiones como el Mezzogiorno italiano o el Midi francés. Son ejemplos en el sector agrícola válidos también para la industria, como en el caso de la siderurgia en el norte de Francia, en la Alsacia-Lorena, que obliga a tener presentes los aspectos regionales en el momento de reestructurar con ayudas del fondo social, préstamos CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) o BEI (Banco Europeo de Inversiones). El criterio de política regional hay que introducirlo en todo el conjunto de políticas comunitarias.

P. Por sus diferencias de desarrollo con la media de la CEE, más de la mitad del territorio español deberá beneficiarse de la ayuda regional. ¿De qué forma?

R. Creo que esta segunda ampliación de la CEE, en particular con el ingreso de España, dará un nuevo estímulo a la política regional. Para prepararse al impacto del ingreso español la propia Comunidad necesita una política regional más activa. Desde ahora hay que definir una estrategia regional adaptada a la nueva dimensión comunitaria y preparar, conjuntamente con las autoridades españolas, los objetivos a cumplir para un país, España, que cuenta con desequilibrios regionales internos importantes. Hay que prearar a España para que pueda utilizar al máximo los recursos de la política regional comunitaria. Tenemos la experiencia italiana -que no debe repetirse en el caso español- de que la Administración italiana no se encuentra suficientemente preparada para utilizar de la mejor forma la ayuda comunitaria para el desarrollo de la región del Mezziogiorno, que en el sur de Italia supone la bolsa más importante -de subdesarrollo de la CEE actual. Por esto, desde ahora mismo debemos considerar a España como miembro de la familia comunitaria y empezar a trabajar conjuntamente.

P. ¿Cómo puede beneficiarse España de la política regional comunitaria, incluso antes del ingreso formal?

R. No puede beneficiarse del Fondo Regional europeo hasta el momento de la adhesión. Creo, no obstante, que se puede empezar la cooperación para identificar los objetivos prioritarios, de manera que cuando llegue el momento de la adhesión y España cumpla el último paso hacia la CEE pueda participar activamente desde el primer momento de la política regional.

P. ¿Por qué no crear un fondo especial de apoyo al desarrollo de los países candidatos, sin esperar que se cumplan los requisitos formales de la adhesión?

R. Es un tema que se ha discutido en varias ocasiones sin llegar a resultados prácticos. El camino que nos queda por recorrer conjuntamente a españoles y comunitarios de aquí a la adhesión permite pensar que puede llegarse todavía a crear un instrumento especial de cooperación al desarrollo. No lo excluyo personalmente, aunque pienso que no será fácil.

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