Perspectivas desfavorables para las exportaciones siderúrgicas españolas a la CEE

Las elecciones legislativas españolas y las posibles implicaciones que puedan tener en el equipo negociador para el ingreso de España en el Mercado Común se ven sin ningún nerviosismo en medios comunitarios de Bruselas. «Sabemos que, sea cual sea el equipo negociador, las negociaciones serán duras», manifestó a EL PAIS un alto funcionario comunitario.

En espera de los resultados y de la formación del próximo Gobierno, los comunitarios se limitan a la gestión de los escasos temas que actualmente existen en materia de relaciones con España. Preparan las nuevas negociaciones para renovar el acuerdo siderúrgico -retrasadas, a petición de Madrid, hasta después de las elecciones, para evitar, probablemente, tener que presentar un sombrío panorama para la exportación siderúrgica hispana hacia la CEE- y reciben, con extrema frialdad, la nota enviada el pasado 16 de este mes por el Ministerio de Relaciones con la CEE, que solicita información y consulta sobre las reformas de la política agrícola común, en especial aquellas que puedan influir en las producciones españolas.Leopoldo Calvo Sotelo, ministro responsable para las Relaciones con Europa, manifestó en su discurso de apertura de negociaciones con la CEE, el pasado 5 de febrero, el interés español en participar en la reforma de la política agrícola común de la CEE. Los comunitarios se muestran reacios y piensan recordar a los españoles que deberán aceptar el adquis communautaire (realidad comunitaria), tal cual, en el momento del ingreso en el Mercado Común. Despejan toda duda que represente iniciar rápidamente las negociaciones para el ingreso por el capítulo agrícola y, en todo caso, no esperan iniciar los trabajos serios hasta el próximo otoño. El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores del próximo martes 6 de marzo abordará, por vez primera, algunas de las fórmulas que esperan montar para negociar con España. Fórmulas que no deben ser necesariamente las mismas que aplicaron para negociar con Grecia o que practican actualmente para negociar con Portugal. Para el lunes 5 de marzo se anuncia un nuevo encuentro negociador en el capítulo siderúrgico. Presionados por una serie de encuestas anti-dumping y por las tensiones sociales entre los trabajadores siderúrgicos comunitarios amenazados de despidos, sobre todo en las regiones francesas de Alsacia y Lorena, los españoles alcanzarán difícilmente un acuerdo siderúrgico con la CEE para el año en curso comparable al que rigió en el pasado año 1978 y que concedió 900.000 toneladas de exportaciones de acero español a la CEE sin problemas. Hoy, las cifras que se barajan son mucho más bajas, tan bajas que se consideró mejor por parte española presentarlas después de las elecciones. Existe, como mínimo, una diferencia que podría ser de más de 100.000 toneladas menos para las ventas de acero español a la CEE.

Superado el tema siderúrgico, habrá que capear el temporal de la pesca. Las 240 licencias actuales para la pesca de altura peligran de disminuir cuando deban renovarse, a partir del 1 de abril. Si, como dicen los comunitarios, las negociaciones para el ingreso de España en la CEE serán duras con cualquier equipo negociador, también es cierto que los problemas a negociar con la CEE lo serán, a su vez, por parte de los responsables de Gobierno español que salga de las urnas.