Felipe González afirmó que el PSOE puede gobernar y Suárez pidió la mayoría parlamentaria
Felipe González, secretario general del PSOE, y Adolfo Suárez, presidente del Gobierno y de UCD, cerraron anoche la campaña electoral en TVE con sendos espacios emitidos después del segundo telediario. El líder socialista habló sentado y de forma reposada, y el presidente del Gobierno lo hizo de pie, y de manera un tanto atropellada. Felipe González lamentó la no aceptación del debate propuesto al señor Suárez y confirmó la disposición de su partido a hacerse cargo de responsabilidades de gobierno; Adolfo Suárez insistió en que el progreso sin aventura pasa por el voto mayoritario a UCD e hizo hincapié en que el XXVII Congreso de los socialistas defendió el aborto libre y gratuito, entre otros temas, aunque aseguró que no apelaba al voto del miedo. En su intervención, el secretario general del PSOE insistió en no responder a los ataques del PCE, mientras que Suárez acusó directamente, en algunas ocasiones, a socialistas y a Coalición Democrática.
González: "Estamos dispuestos a asumir responsabilidades de gobierno"
Felipe González comenzó su intervención lamentando que el presidente Suárez no haya aceptado el debate en TVE que le había propuesto, a fin de esclarecer si UCD ha cumplido o no con sus obligaciones, promesas y compromisos; si hay o no un programa viable en el partido centrista, y si lo hay o no en los socialistas. «En definitiva, los ciudadanos hubieran podido comprobar, no sólo el programa, sino dónde está la mejor capacidad para llevarlo adelante.»Destacó después algunos de los puntos de¡ programa socialista, tales como la lucha contra el paro, la seguridad ciudadana; la educación, la solución al problema de la asistencia sanitaria, «en resumen, todo lo que preocupa prioritariamente a los ciudadanos». Se refirió después, especialmente, al paro, y aseguró que un Gobierno serio no puede considerar este problema como uno más de los que tiene el país, lo mismo que ha de concederse prioridad a la seguridad ciudadana.
«Nosotros hemos ofrecido un' programa y unas soluciones en los mítines que hemos dado por todos los rincones de España, y hemos pedido apoyo para las Fuerzas de Orden Público. Se nos ha atacado desde la derecha diciendo que si teníamos o no soluciones, y también desde el Partido Comunista nos ha atacado Santiago Carrillo. No voy a contestar a esos ataques; nuestro pueblo no es comunista, y no estamos dispuestos a dar el espectáculo del enfrentamiento público de dos partidos compuestos en su mayoría por trabajadores. El reto va por otro sitio: se trata de decidir quién ha de regir los destinos de este país.»
A continuación afirmó que «los países más felices de la tierra», los que han resuelto de manera más justa los problemas de la educación, la sanidad, la Seguridad Social, son los de Europa Occidental, gobernados por partidos socialistas; «son los que mejor han satisfecho las necesidades del pueblo».
Se refirió después al sector del electorado que se encuentra aún indeciso y, nuevamente, mencionó los efectos favorables y positivos que para ellos habría tenido un debate en TVE entre los dos partidos que tienen posibilidades de conducir este país.
«Pero ya que no ha habido ese debate, quisiera que el presidente dijera si está dispuesto a llevar adelante la lucha contra la corrupción; que explicar por qué han sobrado decenas de millones de pesetas del presupuesto del año pasado, en cosas tan necesarias como la educación, la vivienda, el seguro de paro, cuando hay un millón de trabajadores sin empleo que necesitan trabajo.»
Comprometer a todo un pueblo
Afirmó, después, que «nosotros estamos completamente dispuestos a asumir nuestras responsabilidades y a regir los destinos de este país. con firmeza y con la colaboración de todos los ciudadanos, y a comprometer a todo un pueblo en la tarea de caminar desde la libertad hacia la igualdad; de hacer un Gobierno para un pueblo, al mismo tiempo que un pueblo para un Gobierno».
Antes de la intervención de Felipe González pasaron por la pantalla algunos de los eslóganes más utilizados por el PSOE, y el espacio terminó, después de las palabras de Felipe González, con la presentación de uno de los carteles publicitarios del partido -en que el elemento fundamental es la rosa- y el himno del PSOE.
Suárez: "No nos jugamos un Gobierno, sino un modelo de sociedad"
Adolfo Suárez comenzó señalando que nuestro país, para resolver los problemas que afectan a la mayoría de los españoles, «necesita un Gobierno apoyado por una mayoría parlamentaria de UCD para poder resolverlos».«Hemos pretendido -añadió- que el centro sociológico se convirtiera en la columna vertebral del país, con la seguridad de que sin un centro fuerte existía el peligro de que los extremos volvieran a enzarzarse en un conflicto visceral y radicalizado.»
«Creo -continuó- que con ello hemos afianzado la libertad, aunque también ello nos convirtiera en centro de todos los ataques. que seos dirigían desde la derecha y desde la izquierda. Ahora, sin embargo, vemos con sorpresa que diversos partidos políticos importantes presentan programas con soluciones aparentemente de centro, con el propósito de obtener una parte del voto moderado.»
Señaló el señor Suárez que «en una democracia consolidada las elecciones se plantean tan sólo en torno a problemas concretos, mientras que lo que los españoles nos jugamos pasado mañana, además de la solución de los problemas más concretos, es nada más y nada menos que la propia definición del modelo de sociedad en que aspiramos a vivir».
«El gran equívoco en que se mueven estas elecciones -prosiguió- es, a mi juicio, que so pretexto de un lenguaje moderado y apelando al centro sociológico del país se quieren introducir, o bien posiciones ideológicas que contradicen el sistema de vida occidental, o bien, por otra parte, mantener situaciones anacrónicas.»
Aseguró que no era lo mismo desarrollar la Constitución desde la perspectiva del humanismo cristiano de UCD «a que se acometa desde el materialismo de los partidos marxistas, sean socialistas o comunistas».
«La alternativa -aseguró más adelante- se plantea en términos concretos entre la confianza y la aventura, entre la consolidación de una tarea hecha, aunque haya habido errores, y el riesgo de un período lleno de interrogantes y ambigüedades.»
Atacó más tarde al PSOE y aseguró que «no podemos creer en la moderación centrista de que hace gala en la propaganda electoral, «porque el programa del XXVII Congreso, por ejemplo, defiende el aborto libre y, además, subvencionado por el contribuyente; la desaparición de la enseñanza religiosa y propugna un camino que nos conduce hacia una economía colectivista y autogestionaria. En otras manifestaciones han planteado la disolución de los que de nominan cuerpos represivos del Estado y exigiendo responsabilidades o aconsejando públicamente la negociación con ETA».
Más tarde dijo que si se deseaba el derecho a la libre educación, la ayuda progresiva a la enseñanza hasta alcanzar la gratuidad, la profesionalización de las Fuerzas de Orden Público, si se prefiere el salario al subsidio de desempleo, si se desea la elección libre de médico y centro sanitario y la auténtica igualdad de oportunidades, con una política de protección de la familia y una reducción firme de¡ alza de precios, «entonces -concluyó- vote UCD».
«Todo esto -finalizó el líder centrista- no es una apelación a lo que algunos llaman el voto del miedo, sino a la claridad.» Añadió que «no, ha sido fácil llegar hasta aquí, ni será fácil ganar la batalla del futuro, pero lo peor ha quedado atrás.
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