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Elecciones 1979

Fraga: "Adolfo Suárez es incapaz de aguantar cinco minutos de debate dialéctico

«Adolfo Suárez es incapaz de aguantar un debate dialéctico durante cinco minutos. Yo, por supuesto, estoy dispuesto, pero mientras Suárez controle la televisión no se producirán esos grandes debates. Y si no, al tiempo.» Así se expresó el líder de Coalición Democrática (CD) Manuel Fraga, quien aún griposo, ronco y con bufanda -«en esta hora de España nadie puede quedarse en casa, en cama»-, recorrió el domingo, por carretera, casi 450 kilómetros, y asistió a actos electorales en Zamora, Toro y Benavente. Fernando Suárez, número uno de CD por León, acompañó a Fraga el domingo, en Zamora, y el lunes, en su provincia. Ambos aumentaron la dureza de sus anteriores ataques al Gobierno.

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Manuel Fraga madrugó el domingo, y poco después de las diez de la mañana ya se había trasladado desde Madrid a la capital zamorana, en donde pedía novedades a los candidatos y responsables de CD en la provincia. En el viejo local de Alianza Popular -carteles, con el testamento de Franco y reliquias del 154, «España, lo único importante»-, Agustín de Asís y Carlos Pinilla dieron cuenta de las «cacicadas y atropellos» del gobernador civil, jefe provincial de UCD, y que «persigue y controla a nuestros candidatos».Fraga saludó a los periodistas contando el origen gallego y electoral de su gripe. No aceptó como buenas las cifras de abstención que ofrecen los sondeos y negó que la derecha esté más dividida que la izquierda. El desenganche de Federico Silva -ex diputado de AP por Zamora- no lo consideró Fraga un hándicap para las expectativas electorales zamoranas de CD. «Además, el señor Silva había decidido con anterioridad presentarse por Madrid.» Los militantes de la vieja AP tampoco parecieron echar de menos al ex ministro eficacia.

Los dos principales líderes presentes. Fraga y Fernando Suárez, criticaron el electoralismo desplegado por UCD desde el Gobierno, mientras los candidatos zamoranos, especialmente el aspirante al Senado, Carlos Pinilla, se dedicaron a pasar factura electoral por sus desvelos en favor de la provincia. El ex consejero nacional del Movimiento y hombre influyente del antiguo régimen -amigo personal de Girón, presidente de la Comisión de Presupuestos de las Cortes orgánicas- hizo una detallada relación de sus logros, sin excluir la reparación de templos parroquiales, «para que se pueda pedir todavía en la casa del Señor por España». Agustín de Asís, ex delegado nacional de la Familia con el Movimiento y ahora candidato número uno al Congreso, prometió, a cambio del voto, una España en la que podamos mirar «al firmamento de los principios».

Suárez contra Suárez

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El primero de los mítines zamoranos del domingo se celebró en la capital ante un total de casi 2.500 personas -público bien trajeado y de edad media madura-, que abarrotaban el cine Barrueco y que se mostraron muy propicios ante los latiguillos retóricos o las frases ingeniosas. Así, cuando Fernando Suárez habló de la prosperidad de las industrias de cerraduras, rejas y mecanismos de protección y alarma, como forma de atacar la política de orden público de su contrincante leonés, Rodolfo Martín Villa.

Tras las intervenciones de Agustín de Asís y Pinilla, Fernando Suárez hizo el elogio de Fraga -«hombre que se ha engañado algunas veces, pero que nunca engañó a nadie»- y dio un repaso pormenorizado al Gobierno, cuidando mucho de guardar la distancia política con su presidente, a pesar de la coincidencia de apellidos: Suárez González. El ex ministro de Trabajo y vicepresidente del Gobierno Arias no dejó títere con cabeza en la actividad gubernamental. Atacó la política exterior fragmentaria que aplica a Irán la doctrina Estrada y condena el Chile que nos ayudó en 1947; las desorbitadas amnistías y falta de orden en las prisiones; la violación de la Constitución a tiavés de huelgas de servicios públicos como Renfe e Iberia; la ola de suciedad pornográfica; la corrupción en RTVE donde, según dijo, «cual quier tiempo pasado fue UCD», y la falta de criterios constitucionales. «UCD tiende a hacer suyo lo que resulta y así nunca se equivoca.. » Forzando una ironía muy bien recibida por el público, Fernando Suárez dijo que para que UCD pudiera decir que había cumplido tendría que haber prometido en las elecciones del 154 que no gobernaría.

Fraga, contra todos

Manuel Fraga, en un tono más directo y apabullante, aunque disminuido en esta ocasión por una intensa ronquera -el público premió varias veces con aplausos los esfuerzos por superar su voz rota-, hizo su habitual discurso electoral, con reseña del récord de muertos por el terrorismo y ataques al suarismo no democrático que gobierna a través de TVE y que alardea de haber hecho una Constitución en la que fue la fuerza que menos protagonismo tuvo. No faltaron tampoco los ataques a los partidos marxistas y la defensa, ante ellos, de la familia y la moral cristiana. Aseguró que los socialistas no pasarán de un 28% de escaños y que votar UCD es engordar «una mayoría de sordomudos».

El antiguo ministro de Información y Turismo no desUprovechó la oportunidad de pasar también su factura de realizaciones turísticas en Zamora. Más tarde, en Toro, cuando le fue mostrada una restauración de la Colegiata, Fraga afirmó, seguro: «Sí, eso se hizo en mi época.» En Toro, donde sólo estaba previsto un almuerzo, camino de Benavente, hubo que cambiar el programa para que Fraga saludara a unos centenares de partidarios en el Ayuntamiento. A los postres del almuerzo sólo intervino Fernando Suárez, quien permaneciócasi todo el día rodeado de su mujer e hijos, cuyas muestras de cariño hacia el candidato eran la prueba palpable de su doloroso regreso a la política, cuando «abandono mi cómoda situación de ex ministro porque algo en mi corazón se rebela».

La caravana de seguidores de AP reconvertidos a CD, que, desde Zamora, acompañó a Fraga y Suárez hasta Toro, enfiló hacia las cinco de la tarde el camino a Benavente. En el Gran Teatro de la patria de Silva, ante unas seiscientas personas, se celebró el último acto electoral de la jornada. Fernando Suárez logró caldear a un auditorio más frío que el de la capital zamorana. Habló del camaleonismo de UCD, de su ambigüedad política y de su electoralismo. «Ha bastado que los valencianos le hayan dicho al vicepresidente del Gobierno que lo tiene muy difícil en Valencia para que se restaure la fiesta de San José.» Criticó la incapacidad de Adolfo Suárez para pronunciar discursos y la falta de democracia interna del partido del Gobierno. «A mí -dijo con orgullo- nadie me ha pedido que firme ninguna carta por si no me porto bien en el Parlamento.»

Contra los consejos de sus seguidores y de los médicos, Fraga quiso hablar en Benavente. Le costó hacerlo. Sus esfuerzos por sacar a flote la voz fueron premiados con gritos de «¡viva Fraga!», «¡viva el gallego!», «¡contamos contigo!». Su corto discurso lo consumió en apelaciones al voto en defensa de una España que «algunos -dijo- quieren partir en pedazos». «Que nadie se deje engañar: si nos dais vuestro voto, no será traicionado. »

Las últimas horas de Fraga en Benavente fueron dedicadas a atenciones médicas antes de partir para León, donde le esperaba la intensa jornada de ayer, con actos en Astorga, Ponferrada y la capital.

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