Aumentan las diferencias entre Jomeini y Bajtiar
La solución pacífica de la crisis iraní no parece ser inmediata. Después de varios días de optimismo, ayer volvieron a acentuarse las diferencias entre las dos partes en conflicto. Nuevamente se desmiente una frase pronunciada por Jomeini el pasado lunes. Donde se tradujo «no es necesario hacer un referéndum» (véase EL PAÍS de ayer) se dice ahora que habría que haber traducido «un referéndum no sería necesario debido al apoyo unánime de la población, pero, en cualquier caso, debe ser organizado», afirmaron ayer personas cercanas al cuartel general del ayatollah.
Otra vez, pues, el referéndum se plantea como caballo de batalla. «Los preparativos han comenzado», se ha dicho. Tres serían las opciones a elegir: la monarquía, una simple república o una república islámica.Por su parte, el primer ministro oficial, Shapur Bajtiar, ha declarado que no tiene por qué dejar su cargo, «incluso si dimiten todos los diputados del Majlis (Parlamento)».
Esta mañana, Bajtiar tendrá un nuevo encuentro con la prensa extranjera. De sus palabras se podrá deducir, definitivamente, si han fructificado, o no, las negociaciones subterráneas. Más o menos a la misma hora, nueve columnas de manifestantes, procedentes de otros tantos puntos de la ciudad, convergerán en la plaza Chayad para manifestar su adhesión al Gobierno provisional.
Entre tanto, ayer hubo otras varías demostraciones de apoyo a Jomeini y Bazargan. Tres mil partidarios del sha, por otro lado, se reunieron en un polideportivo del centro de la capital para gritar eslóganes a favor del emperador exiliado. Dos camiones del Ejército vigilaban posibles agresiones. Horas antes, un coronel fue herido gravemente en la zona oeste de Teherán.
Después de varios meses de conflicto y con todo el país prácticamente paralizado, los partidarios de Jomeini han demostrado una vez más su alta capacidad de organización. Ha comenzado a funcionar una emisora pirata de televisión. Su alcance cubre un radio de tres kilómetros en torno al barrio en el que vive Jomeini. Todo hace suponer que es allí donde están montados los equipos. La programación no es muy variada: se limita casi exclusivamente a exhibir a Jomeini en diversos actos públicos.
El sha, amargado
El sha Mohammed Reza Pahlevi, expulsado hace tres semanas de su país, se siente amargado por su destino y por lo que él interpreta como ingratitud de sus compatriotas, según se desprende de unas recientes declaraciones del monarca iraní.En una entrevista concedida en exclusiva a un periodista del Daily Mail londinense, el sha reconoce que no está «exento de críticas» en la caída de su régimen, pero añade: « ¿Quién hubiera creído que estaría trabajando diez horas al día, durante 37 años, en bien de mi país, sólo para ver que vuelve al mismo punto en que empezamos?».
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