La Vuelta Ciclista a España aún podría celebrarse con otro nombre

La Vuelta a las Provincias Españolas podría sustituir a la clásica Vuelta Ciclista a España, cuyos organizadores han desistido de su organización, de forma oficial y definitiva, este año. La Federación Española, al no poder organizar una prueba con participación de corredores profesionales, estaría dispuesta a constituir un organismo paralelo que llevaría a cabo la prueba que sustituyese a la Vuelta a España.

La prueba que sustituya a la Vuelta a España no podrá llevar esta denominación porque así está registrada en la UCI (Unión Ciclista Internacional). Los derechos de propiedad de dicha inscripción corresponden a los organizadores que han venido realizando la prueba durante los veinticuatro últimos años de forma consecutiva. Estos organizadores cuentan, además, con una sociedad anónima encargada de todos los asuntos relacionados con la prueba.El presidente de la Federación Española, Luis Puig, se trasladará hoy a Madrid, desde Valencia, donde reside (ayer estuvo en Palma, en la presentación del equipo Transmallorca), a fin de iniciar las gestiones necesarias para solucionar el problema originado. Sorprende la postura de la Federación, pues apenas ha mostrado interés en solucionar los problemas planteados ya desde hace tiempo por los organizadores de la Vuelta (que la han ido devaluando) y sólo ahora, cuando se da a conocer la supresión, decide tomar cartas en el asunto. Los organizadores de la Vuelta aseguran que es prácticamente imposible organizar ya este año la prueba. La Federación, por su parte, peca de optimismo. La contradicción parece, por tanto, clara.

Luis Puig, al tener en cuenta el mismo problema que llegó a plantearse en Italia, hace algún tiempo, ha insinuado la posibilidad de constituir un organismo paralelo a la Federación que se encargaría de organizar la prueba que sustituyese a la Vuelta a España. El presidente de la Federación no ha explicado en qué consistiría ese organismo paralelo. La prueba se celebraría en las mismas fechas que las señaladas por la UCI para la Vuelta a España. Si la organización de la Vuelta a España interrumpe la misma durante dos años, entonces perdería todos sus derechos de propiedad.

La situación por la que atraviesa ahora la organización de la Vuelta a España indica la problemática que aqueja al ciclismo profesional en nuestro país, pendiente casi práctica y exclusivamente de una sola prueba. Los equipos que participan en el Tour de Francia pagan, como derecho de inscripción, dos millones de pesetas, y los organizadores abonan una determinada cantidad a la Federación Francesa. Otro tanto se puede decir con respecto al Giro de Italia. En España, con la Vuelta, sucede casi todo lo contrario: los equipos pagan medio millón de pesetas y la Federación Española proporciona otra cantidad superior en concepto de «ayuda». La diferencia entre las pruebas francesa e italiana y la española es clara. Mientras las televisiones francesa e italiana proporcionan más de hora y media diaria al Tour y al Giro, RTVE apenas concede media hora y con unas condiciones técnicas y hasta informativas que no favorecen a la Vuelta.

El Consejo Superior de Deportes, por su parte, ha sido tajante en su respuesta: no habrá ayuda económica de ninguna clase. Hace un año, por escrito, se decidió que la ayuda económica que la Vuelta recibió en años anteriores pasaría al presupuesto anual de la Federación. Esta goza de plena autonomía para invertir su presupuesto. De todos modos, el Ministerio de Cultura, del que depende el deporte, envió a primeros del pasado octubre una carta a los organizadores por la que les anunciaba haber comunicado a los organismos deportivos. correspondientes proporcionasen toda la ayuda posible para que la Vuelta a España de este año fuese un completo éxito.