Fallece uno de los guardias civiles heridos en Azcoitia

Ayer, a las cinco y media de la tarde, falleció, en la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián, el guardia civil Francisco Mota Calvo, herido de suma gravedad el pasado sábado en Azcoitia en un doble atentado que costó la vida a otros dos miembros del cuerpo. El atentado ha sido reivindicado ayer por ETA militar.

El funeral celebrado el domingo en el Hospital Militar de San Sebastián por los dos guardias civiles víctimas de la última acción armada en Guipúzcoa no presentó prácticamente ninguna diferencia del resto de los actos fúnebres que ya de forma habitual se celebran en el País Vasco con toda la frecuencia que corresponde a los numerosos atentados mortales.

El capellán castrense que oció la ceremonia se refirió, una vez más a la necesidad de paz, tras lamentar la permanente violencia a la que se encuentra sometida la población vasca.

También en esta ocasión el ambiente en el interior del recinto sagrado era de una alta tensión emocional que no se exteriorizó hasta finalizada la ceremonia, cuando un grupo de personas al paso del cortejo fúnebre dieron gritos de «Viva España», «Viva la Guardia Civil», al tiempo que calificaban a ETA de asesina y al Gobierno de traidor.

Los féretros, cubiertos con la bandera española, fueron sacados a hombros por los compañeros de las víctimas, que los introdujeron en los furgones para ser conducidos a sus localidades de origen.

El guardia civil Francisco Mota Calvo nació en un pueblo de Palencia, estaba casado y tenia dos hijos. El otro guardia civil herido el mismo día del atentado, Juan Muñiz Sánchez, permanece ingresado en la residencia sanitaria y, según el equipo médico, evoluciona favorablemente.