Previsión del cuadro macroeconómico-Año 1978
Los resultados del año económico 1978 que pueden perfilarse con los datos disponibles mejoran el balance previsto hace unos meses. La confirmación de la buena cosecha agrícola en vino y aceite, la continuación excepcional en la línea ascendente en la actividad turística, el sostenimiento -aunque no aceleración- de las tasas de exportación en volumen y la recuperación en el segundo semestre de la actividad industrial y de la demanda de consumo interna, han propiciado crecimiento del Producto Interior Bruto, que según la estimación del cuadro macroeconómico puede situarse en el 3,1 % sobre el año 1978. Por otra parte, la mayor contención de los precios internos sitúa al índice de precios implícito del PI B en el 19,8 %, lo que supone su crecimiento en valores corrientes del 23,5 %.Los hechos más significativos consignados en el cuadro macroeconómico son, por el lado de la producción, el crecimiento notable del producto primario (agricultura y pesca) en tasa del 7,7 %. El buen año agrícola, con incremento del 8 %, ha permitido que, a pesar de la crisis pesquera, se haya obtenido tasa tan elevada.
El sector industrial fabril ha reaccionado en la última parte del año a impulso de una mayor demanda interna de consumo y el alto crecimiento de la exportación. Las industrias fabriles contemplan crecimiento del 2,6 % apoyada en el crecimiento de la producción del sector energético, alimenticio, vestido y calzado, productos químicos de consumo final y bienes de consumo duraderos, fundamentalmente. Incorporan descenso la producción siderúrgica y metalúrgica, naval, bienes de equipo e industria química básica.
El sector de la construcción registra nivel similar al de 1977 en cuanto al valor añadido bruto generado, a precios constantes, aunque se haya reducido algo más el volumen total de obra realizada. El consumo intermedio en construcción incide favorablemente en el valor añadido bruto del sector.
El sector servicios se ha visto impulsado por el comportamiento del turismo exterior, el gasto público, la recuperación del sector agrario y los servicios financieros. El turismo exterior incorpora aumento en términos reales superior al 15 %. El crecimiento conjunto de las actividades terciarlas se ha estimado en el 3 %. La actividad comercial pulsó menos que el resto de las actividades terciarias.
Desde el lado de la demanda se acusa algún crecimiento del consumo privado (1,5 %), apoyada especialmente en el aumento de las rentas agrarias y la contención de los precios al consumo, frente al alza de las rentas salariales, lo que supone un aumento en los salarios reales. El consumo público, registra aumento importante, derivado especialmente del mayor número de funcionarios en el sector de la educación.
El sector exterior contemplado por el cuadro macroeconómico, o sea importación de bienes y servicios (incluido gastos de los visitantes extranjeros y de los españoles en el extranjero), muestra en términos de pesetas incrementos de 29,7 y 3,4 % para las exportaciones e importaciones, que, reducidos a términos de volumen, suponen alza del 13,5 % y descenso del 1,9 %. Ello ha permitido saldar con superávit la balanza de bienes y servicios, incluido en términos de balanza de pagos.
La gran insatisfacción del cuadro macroeconómico la muestra la demanda de inversión. La formación bruta de capital fijo será inferior, en términos de pesetas constantes, en el 3 % a la del año 1977. Caída de la inversión en construcción del 1,5 % y del 5,5 % en bienes de equipo, tanto de producción nacional como importados. La recuperación de la inversión en capital fijo se convierte en la variable estratégica fundamental del cuadro macroeconómico para 1979. La variación de existencias de productos acabados y materias primas incorporados en 1978 fue inferior en volumen en el 4 % a las de 1977 y superior en el 13,8 %, valoradas a precios corrientes.
En definitiva, ligero crecimiento de la demanda interna del 0,8 %, que frente al 3,1 % de crecimiento del PIB, muestra el esfuerzo de la economía española para transferir recursos al exterior y, consecuentemente, corregir el déficit de la balanza de pagos.
Desde el lado de los precios la ganancia ha sido ostensible al limitar al 19,6 % el crecimiento medio de los precios pagados por los españoles, con tendencia decreciente que se confirma en la tasa de precios al consumo, diciembre sobre diciembre, que sólo será del 16 1. El alza de precios de los bienes y servicios importados ha sido sólo del 12,5 %, contribuyendo a la reducción de la tasa inflacionaria española en 1978.
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