El Atlético de Madrid fue fiel a su costumbre
de irregularidad en Barcelona y derrotó a un equipo azulgrana teóricamente crecido, con un contundente 2-4. El cuadro rojiblanco, que supo aprovechar a la perfección las jugadas a balón parado, se vio acosado por un Barcelona bueno en juego, pero sin suerte. Si providencial y acertado estuvo Marcial al marcar dos goles en otros tantos golpes francos, uno con cada pie, caso único y destacable, el guardameta Navarro justificó plenamente su fichaje, actuando magníficamente y con suerte. En la imagen salta sobre Neeskens.
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