Un grupo fascista, presunto culpable de la matanza de Milán de 1969
Está a punto de concluir en Catanzaro (Calabria) uno de los juicios más largos y más vergonzosos de la historia italiana. Se trata de la matanza en Milán, el 12 de diciembre de 1969, producida por la bomba que explosionó en el Banco de la Agricultura, en la plaza Fontana. Se acusó entonces al bailarín anarquista Pietro Valpreda de haber sido el autor de un atentado que produjo dieciséis muertos y cientos de heridos. Valpreda estuvo incluso en la cárcel tres años. Se trató entonces de echar las culpas del atentado a la izquierda. Pero, poco a poco, empezó a ponerse en entredicho la tesis anarquista y empezó a revelarse más creíble la matriz «fascista» de aquel delito.El juicio ha durado nueve años. Los italianos habían perdido ya la esperanza de que pudiera saberse la verdad sobre las bombas de plaza Fontana, pero al mismo tiempo nadie creía a la hipótesis Valpreda. Desde el principio, algunos periódicos de la oposición empezaron a sospechar que en este asunto estaban complicados los servicios secretos, que desviaron la investigación hacia los anárquicos para cubrir a los fascistas.
Esta ha sido la tesis que expuso ayer el fiscal Mariano Lombardi, quien después de una intervención récord de ocho sesiones consecutivas ha pedido cadena perpetua para los tres fascistas, Franco Freda, Giovanni Ventura y Guido Giannettini, que aparecen como responsables no sólo de la organización y de la ejecución de la matanza, sino también de los demás delitos gravísimos atribuidos al grupo fascista veneciano: actos terroristas en Roma, Padua, Turín y de las bombas colocadas en un tren, el 8 y el 9 de agosto de 1969.
A los tres fascistas el fiscal les ha acusado también de haber creado una asociación subversiva y de haber instigado a 2.000 oficiales de las fuerzas armadas a rebelarse contra el Estado.
Para Pietro Valpreda, el fiscal Lombardi ha pedido absolución por «insuficiencia de pruebas», por lo que se refiere al atentado de Milán, mientras le ha pedido seis años por otros delitos. Esta decisión del fiscal ha irritado a la izquierda, que se esperaba una absolución plena de Valpreda.
En una entrevista, el bailarín anarquista ha comentado que este es el precio que tiene que pagar por «la equivocación del Estado». Según Valpreda, «después que me tuvieron tres años en la cárcel, debían justificar de alguna forma que no se habían equivocado completamente».
Tero quizá lo más importante hayan sido las peticiones del fiscal de cinco y tres años, respectivamente, a dos oficiales de los servicios secretos del viejo SID, el general Maletti y el capitán Labruna.
Se les acusa de haber favorecido a los fascistas culpables ayudándoles a huir al extranjero. Para los demás acusados fascistas el fiscal ha pedido un total de sesenta años de cárcel. Para los anarquistas Roberto Gargamelli y Emilio Borghese el fiscal Lombardi ha pedido «absolución plena».
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