Sólo la victoria será buena para España
España disputa esta noche contra Rumania el segundo encuentro del Campeonato de Europa de Naciones. Ambas selecciones han vencido ya a Yugoslavia, tercer equipo importante del grupo, la española en Zagreb, a domicilio, por 1-2, y la rumana en Bucarest, su propio terreno, por 3-2. Todo resultado que no sea la victoria será malo para España, pues sólo se clasifica para la fase final de la competición el primer equipo de la tanda. Tras la baja obligada de Juanito, Kubala vuelve a recurrir a Rojo I, con el peligro de que sea nuevamente más centrocampista que extremo, y prefiere al defensa libre del Athlétic de Bilbao, Alesanco, por sus mayores posibilidades atacantes -baza crucial- que a Olmo.
La incógnita se abre nuevamente esta noche en Valencia para la selección española. Su debilidad atacante, agravada considerablemente por la baja de Juanito, será puesta a prueba por la fuerza rumana. Dando por descontado que el centro del campo, integrado por Villar, Del Bosque y Asensi, podrá al rudo, pero menos técnico, formado por Boloni, lordanescu y Romila, Rumania contará con la altura de su defensa, mayor aún que la del último encuentro entre ambos equipos. Entonces, cabe recordarlo, el 26 de octubre del pasado año, España jugó con tres puntas, Juanito, Rubén Cano y Dani, pero sólo logró marcar sus goles a un cuarto de hora del final. Esos extremos apenas sirvieron en aquel momento y el panorama resulta desolador ahora, pues Heredia deberá resolver muchas cosas en su primera toma de contacto con Santillana al lado, y a Rojo se le exigirá jugar de extremo-extremo, como en sus tiempos jóvenes, cuando ahora de más viejo se «esconde» en el centro del campo. Sin ir más lejos, ya lo demostró en el Parque de los Príncipes de París, donde cumplió con dos o tres pases de su firma únicamente.De cualquier forma ese juego por las alas al atacar tampoco servirá de mucho, salvo aciertos insospechados de la «milagrosa» cabeza de Santillana, si se convierte en un bombear balones atolondrado. Eso es lo que esperan Kovacs y sus muchachos. La clave, aunque parezca mentira, y aparte de rasear balones, puede estar en un juego atacante por relevos, si Alesanco sube como se espera al ataque por el centro, mientras Asensi le cubre las espaldas. Lo absurdo de la decisión de Kubala ahora es que podía haberlo sacado en París contra Francia para que fuese tomando «cuerpo» esta táctica, pero está visto que los partidos de entrenamiento para el seleccionador español siguen sin servir para preparar lo serio: sólo intenta ganar y en aquella ocasión ni siquiera lo logró. Olmo, evidentemente, es más apropiado para jugar fuera de casa, a defender, pero la selección no debió jugar así frente a Francia. Tampoco pudo y por eso será un milagro que las cosas salgan bien hoy, como ya sucedió cara a Argentina.
Resulta triste la penuria futbolística española, pues si Kubala debe recurrir a un Heredia no hecho en España -en este sentido, aunque Rubén Cano sea más atacante, debemos quedarnos con Rojo I, que no tiene nada de oriundo-, el caso de la defensa no es menos lamentable. Tras el fracaso de Escalza se ha preferido pasar a Marcelino a la izquierda de la defensa, donde se entenderá con Crisan, mientras Carrete quizá pueda adelantarse ante Radulescu, un extremo más bien falso, que convertirá así la táctica rumana en otro raquítico 4-4-2 como el español. Pero con la fundamentada razón de que ellos vienen a defender. En cualquier caso, el tema es que seguimos sin laterales izquierdos -sólo el sancionado San José, quizá- desde que Camacho empezó a penar con su pierna, lo cual es una realidad, y no cabe achacársela a Kubala.
Lo que sí puede censurarse al seleccionador, que ha vuelto a demostrar sus dudas -menos mal que tiene claro el centro de campo, a Migueli sobre Georgescu, en su duelo habitual por las alturas, y a Miguel Ángel de portero-, es que, si tiene problemas atacantes, por ahí anda todavía un extremo llamado Argote, que algún día podía tener una oportunidad, Para Argentina, según Kubala estaba verde. No va a estarlo siempre. Y mejor oportunidad para llamarle, lesionado Dani, no podía tenerla. Ojalá no tenga que arrepentirse esta noche, con buen campo, buena temperatura y lleno de dieciocho millones de pesetas. Ni de eso ni de otras cosas imprevistas.
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