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Reportaje:El PSOE, ante el programa económico del 79 / y 2

La ley socialista contra el paro podría contar con 60.000 millones adicionales el año próximo

A pesar de la mayor fluidez monetaria, los socialistas estiman que la inversión durante el año próximo no va a despegar en las proporciones previstas por Economía, que juzgan como utópicas. «Después de cinco años consecutivos de caída de la tasa de inversión -comentaba un economista del partido-, pensar que el año próximo ésta aumentará en un 8% o hasta en un 10%, como en algunas partes se ha dicho, es una utopía espectacular.».

La inversión global del país el año próximo podría crecer por encima del 7%, según sus estimaciones, mientras la privada difícilmente superará el 3,5%. «De todas formas, lo que importa es la tendencia en este sentido, pasar de tasas negativas en la inversión a tasas positivas es ya un éxito», agregó el citado portavoz. Incluso estas tasas -13,5% son consideradas «voluntaristas» por los propios economistas del PSOE, aunque «mucho más alistas». La inversión pública deberá ser estimulada el año próximo niveles del orden del 20%, desviando la mayor cantidad posible de recursos hacia sectores intensivos en empleo, como la construcción y la vivienda, lo cual exigirá recomponer una parte sustancial de la financiación a largo lazo que fue suprimida en el otoño de 1977, sin que en estos motentos el país disponga de capaciad alternativa de financiación a largo plazo.

El Presupuesto

La mayor actividad del sector público durante el próximo año la quieren articular los socialistas a través del Presupuesto del Estado, cuyas cifras (véase cuadro adjunto) ofrecen un panorama ligeramente distinto al que finalmente el Gobierno ha presentado al Congreso para su discusión y aprobación.Los socialistas apoyan un mayor déficit que el propuesto por el Gobierno, aunque matizan esta propuesta señalando que en realidad este año el Presupuesto del Estado se va a cerrar con una cifra superior a los 200.000 millones de pesetas, debido a los cuantiosos créditos extraordinarios concedidos últimamente. En su presupuesto alternativo, los socialistas defienden un déficit de 222.000 millones de pesetas, que se descompone en un déficit corriente de 102.000 millones de pesetas (el Gobierno propone 74.000 millones) y en un fondo de acción coyuntural de 120.000 millones de pesetas, 40.000 millones más que el proyecto gubernamental.

El mayor déficit corriente propuesto por los socialistas (28.000 millones más que el Gobierno) resulta de unos gastos superiores en 78.000 millones y un reforzamiento de los ingresos, respecto a la propuesta gubernamental, de 50.000 millones.

Los 78.000 millones de pesetas de mayores gastos que defiende el PSOE se destinarían a gastos corrientes en su mayor parte. Concretamente en esta partida los socialistas quieren gastar 58.000 mllones de pesetas más que el Gobierno, de los cuales 30.000 millones se dedicarían a la puesta en vigor del proyecto de ley socialista contra el paro, que vendrían a añadirse a los alrededor de 30.000 millones de pesetas que sobrarán -según cálculos- del seguro de desempleo del año actual. Estas dos cifras darían un global del orden de los 60.000 millones adicionales, lo que haría posible la financiación del programa de lucha contra el paro durante el año próximo que, de acuerdo con la propuesta de ley socialista acabaría de aplicarse en su totalidad en 1980. A incrementos salariales irían destinados 21.000 millones de pesetas más (coherente con su presión de mayor inflación y, por tanto, mayor crecimiento salarial en el sector público) y otros 7.000 millones a amortizar deudas de las administraciones locales con cargo Presupuesto.

Por otra parte, otros 20.000 millones de pesetas del capítulo de gastos, en esta ocasión de gastos del capital, irían destinados a incrementar la inversión en educación, con más puestos escolares. La previsión de mayores ingresos (50.000 millones de pesetas más) vendría por impuestos directos (36.000 millones) y por impuestos indirectos (los 14.000 millones restantes). En cuanto al Fondo de Acción coyuntural, que los socialistas fin para el año próximo en 120.000 millones, su distribución sería: 5.000 millones de pesetas para inversiones (vivienda y urbanismo, con 35.000 millones; agricultura, con 20,000 millones, y a inversiones del Instituto Nacional de Industria, otros 20.000 millones de pesetas); 40.000 millones para el Fondo de Compensación Regional, y 5.000 millones de pesetas para incentivar la creación de puestos de trabajo por parte de las empresas.

El empleo

En materia de empleos, los socialistas se manifiestan partidarios de políticas sectoriales y no de medidas de regulación global de la demanda y de la inversión, que por sí solas no sirven para la actual situación española de paro creciente. Uno de los instrumentos que propugnan es la utilización de la Seguridad Social como elemento abaratador de los costes sociales en las empresas, lo que se podría lograr mediante un programa gradual de reducciones de la base complementaria y posteriormente implantar la cotización sobre salarios reales.Las transferencias del Estado a la Seguridad Social deben aumentar, según su opinión. Los pactos de la Moncloa establecían el objetivo de lograr, en 1983, un 20% de financiación de la Seguridad Social con cargo al Presupuesto del Estado, y en realidad durante el año próximo la aportación va a ser muy parecida a la del año actual, en torno al 8,3 %.

Las diferencias de criterio entre socialistas y Gobierno se hacen, sin embargo, más intensas en el plane de las estrategias. En primer lugar, la discusión del Presupuesto del Estado sin que exista una previa negociación que enmarque las principales medidas de política económica para el año próximo es juzgado como contradictorio por los socialistas. El Presupuesto ha sido elaborado en base a unas previsiones para el año 1979 que pueden resultar profundamente modificadas en el curso de los proximos pactos. Los socialistas tienen incluso la seguridad de que esto va a ser así, ya que el Presupuesto ha sido elaborado sobre la base de una inflación media para el año próximo-del 12% y será muy difícil que ésta no alcance el 14%; al menos es lo que los socialistas creen conveniente poner sobre el tapete.

En cuanto a las negociaciones, los socialistas estiman que es necesario establecer acuerdos a tres bandas entre empresarios, trabajadores y Gobierno, con periodicidad anual pero renovables. Y el Gobierno que negocie estos pactos debe contar con una mayoría estable en el legislativo por lo que resulta imprescindible clarificar el calendario político y saber si habrá elecciones generales o no. «Es necesario cerrar cuanto antes este período de incógnitas porque la economía no puede permitirse tantas y tan prolongadas incertidumbres», manifestó un conocido dirigente del partido.

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