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Descubierto a tiempo un paquete-bomba enviado a RTVE

Un paquete-bomba que contenia de doscientos a trescientos gramos de explosivo -al parecer goma-2- estuvo a punto de estallar ayer en los locales que Radiotelevisión Española tiene en el paseo de La Habana, cuando una de las secretarias iba a abrirlo. La intervención del destinatario del paquete, Enrique Martí Maqueda, realizador del programa 300 Millones, evitó una desgracia similar a la ocurrida el pasado día 30 de octubre en EL PAIS.«Sobre las nueve y media de la noche del lunes encontré un paquete encima de mi mesa que, desde el principio, no me austó. Tenía un aspecto extraño, como si hubiera un cassette en el interior y estuviera rodeada de una goma de las que se ponen para embalar objetos frágiles. Decidí no abrirlo y enviarlo de nuevo al departamento de cartería», manifestó ayer el senor Martí, horas después de que el artefacto hubiera sido explosionado mediante voladura controlada por los técnicos del grupo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil.

El paquete, sin embargo. permaneció toda la noche sobre la mesa hasta que Enrique Martí volvió a su despacho en la mañana de ayer. «Serían las once cuando me di cuenta de que el paquete continuaba allí y volví a decir que se lo llevaran porque yo no lo abría.» Una secretaria, Elvira Rodríguez, no hizo caso de los temores y quiso abrirlo, hecho que motivó que el señor Marí gritara: «Chiquilla, eso déjalo». Minutos más tarde, y avisados los guardias civiles de vigilancia en el edificio y el equipo de desactivación, se comprobó que en el paquete había un explosivo, por lo que se procedió a la voladura controlada del mismo, en un lugar abierto a la entrada de los mismos locales.

«Fue como un presentimiento. Me acordé de lo que le había ocurrido a Andrés Fraguas y por eso grité. Luego, cuando esperábamos al grupo de desactivación, creíamos que nos íbamos a reír cuando dijeran que era un cassette nada más. Cuando lo volaron, tanto yo como Elvira o el director, Angel del Pozo, que estaba en el despacho, pensamos que habíamos nacido otra vez: sobre todo Elvira, que por poco le estalla en las manos.»

Remitente desconocido

Aunque la Guardia Civil inició inmediatamente la investigación, se ha podido saber que el explosivo estaba contenido en un sobre de color beige, de unos trece por dieciocho centímetros, con la dirección escrita a máquina, así como el nombre del remitente, en el que el señor Martí se fijó. «Creo que ponía J. J. Menéndez y no venía calle: sólo la provincia. Asturias.»Enrique Martí añadió, asimismo, que en los locales se recibían muchas amenazas: «Esto era ya normal, aunque últimamente no se había realizado ninguna especial, tampoco ha llamado nadie para reivindicar este atentado frustrado. No creo además que yo tenga enemigos personales y espero que el hecho de que el paquete viniera a mi nombre no signifique nada: pienso que forma parte de los atentados que quieren desestabilizar la situación».

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Miembros de la III Comandancia de la Guardia Civil informaron, por su parte, que la investigación que se realizaba impedía facilitar datos, al tiempo que se desconocía, por el momento, el informe técnico sobre el explosivo, que se supone ha sido realizado «con doscientos o trescientos gramos de goma-2».

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