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Bajas para todos los grupos

La semana bursátil no ha podido empezar con peor pie, por una parte con un tiempo gris y que amenazaba lluvia, y por otra la tendencia de la Bolsa que no ha variado, es decir, el desinterés unido a las pocas órdenes vendedoras que al no encontrar oponente comprador convierten la contratación en un puro ejercicio de oferta sin la fuerza que presta a la misma la presencia de contrapartida que anime el negocio. Durante el primer corro el dinero, muy selectivo, ha ido presionando a CAMPSA que ha operado subiendo dos enteros, después en el transcurso de los distintos corros se ha diluido para desaparecer quedando ofertados la mayoría de los valores siendo el sector bancario uno de los afectados, junto con las eléctricas, siderúrgicas, y monopolios que siguen la corriente descendente sin que nada impida la reserva del dinero ante un mercado cada día más apagado. Cuando se ha contradicho la corriente de venta han tenido lugar avances de escasa cuantía que no son indicadores más que de movimientos propios de la barandilla ante el reflejo de cotizaciones.El temor, por otra parte, a la salida al mercado de las sociedades que han anunciado sus ampliaciones con la consiguiente retirada del mismo de cantidades de dinero que en estos momentos es necesario para el sostenimiento diario de la contratación, hace que aumente la incertidumbre en los inversores. El volumen de negocio sigue siendo escaso e indicador del difícil momento que atraviesa el mercado de valores. Al cierre las miradas se dirigían a los cambios de los derechos de suscripción, que están la mayoría cotizando por debajo del duro, olvidando aquellos cambios teóricos con que empezaron su negociación.

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