Se espera una gran abstención en las elecciones de hoy en Estados Unidos

Elevado porcentaje de abstencionismo, amplia victoria del Partido Demócrata, que seguirá dominando el Congreso, y ligeros avances de los republicanos en algunos Estados, tales son los pronósticos más generalizados sobre las elecciones legislativas que se celebran hoy en Estados Unidos.

Prácticamente las dos terceras partes de los ciudadanos con derecho a voto se abstendrán de acudir a las urnas, según estimaciones de los especialistas en política electoral. Desde hace veinte años, la afluencia a los colegios electorales en las legislativas ha sido siempre inferior al 50 %, pero en esta ocasión hay quien augura que se batirán todos los récords de abstencionismo.En las elecciones legislativas de 1974, por ejemplo, sólo un 36 % del electorado ejerció su derecho al voto. La proporción, como es habitual, aumentó al 54% durante las elecciones presidenciales de 1976, que fue de todos modos un porcentaje muy bajo para este tipo de consulta que siempre moviliza a un mayor número de ciudadanos que cuando se trata de elecciones legislativas.

De los 155 millones de norteamericanos que pueden votar hoy se espera que se abstengan casi cien millones, lo que situaría el porcentaje de participación entre el 35 y el cuarenta. La afluencia a las urnas estará condicionada también por distintos elementos, como el tiempo atmosférico, la pugna entre los candidatos locales o las consultas que cada Estado aprovecha para hacer simultáneamente con las elecciones legislativas.

Aparte de elegir a la totalidad de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 36 gobernadores, muchos votantes tendrán que emitir su voto en referéndums estatales del más diverso carácter. En algunos Estados, como Florida, el principal tema es si deben permitirse o no la instalación de casinos. En otros los electores deben manifestarse sobre los derechos de los homosexuales, los impuestos a la propiedad inmobiliaria, el aborto o la ley de igualdad de derechos de la mujer.

Se espera que los republicanos obtengan entre diez y quince nuevos escaños en la Cámara de Representantes, lo que no supone una seria amenaza para el Partido Demócrata, que seguirá dominando por amplio margen.