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Reportaje:

El rallye Bandama, aventura en el continente africano

«El porvenir de los rallyes está en Africa», declaró, a finales del años pasado, en Abidian, capital de Costa de Marfil, el belga Pierre Ugueux, presidente de la CSI (Comisión Deportiva Internacional), máximo organismo que rige el automovilism o en el mundo. Para dar más fuerza a sus palabras anunció que el rallye Bandama, cuya quinta edición de carácter internacional acababa de celebrarse, entrarla a formar parte en 1978 del Campeonato del Mundo de Rallyes. Se equiparaba su categoría, pues, a los de Montecarlo, Suecia, Safari (Kenia), Portugal, Acrópolis (Grecia), Mil Lagos (Finlandia)¡ Criterium de Quebec (Canadá), San Remo (Italia), Córcega (Francia) y RAC (Gran Bretaña). Sustituía al del Pacífico Sur (Nueva Zelanda), que en 1977 estuvo lleno de incidentes a causa de los duros controles de velocidad exigidos.El rallye Bandama, cuyo nombre responde al de un gran río que divide a Costa de Marfil en dos partes, de Norte a Sur, se ha convertido así oficialmente en una, prueba importante, aunque su dureza le había permitido adquirir mucho,antes gran categoría. La CSI ha tratado con esta decisión de contentar políticamente al Africa francófona. No sólo de fomentar su propia política en materia de rallyes, o pruebas fuera de circuitos cerrados en un continente como Africa, donde la circulación aún es totalmente libre, sino «igualando» la zona francófona, occidental, con la anglófona, oriental. No se puede olvidar que desde hace bastantes años uno de los rallyes más importantes y duros del mundo es el Safari, disputado en Kenia.

El rallye, recién incorporado al Campeonato Mundial de Marcas -no de Conductores, aunque haya una clasificación ahora para ellos-, es el antepenúltimo del programa. Sólo faltan los de Córcega y Gran Bretaña, cuando la ventaja de Fiat es ya prácticamente inalcanzable. De los fríos invernales sufridos por los participantes en Montecarlo y Suecia a primeros de año, pasando por el Safari con sus lluvias de primavera y sus sorpresas, hasta ,los últimos europeos más «civilizados», y el Bandama actual, el Campeonato Mundial de Rallyes es todo un reto a máquinas y pilotos.

Terrenos más libres

Si en la fórmula 1 los circuitos no tienen secretos para los Lauda, Andretti y companía, pues se los conocen de memoria y tienen entrenamientos de sobra para preparar hasta el más mínimo detalle, en los rallyes ocurre en gran parte lo contrario. Por un lado están los trazados secretos, como sucede en Gran Bretaña, donde en el RAC la improvisación es fundamental. Por otro, las dificultades imprevistas, cuyos ejemplos principales están precisamente en los dos rallyes africanos, Safari y ahora Bandama, hacen de este tipo de pruebas una aventura continua.

La reciente Vuelta a América del Sur, con sus 30.000 kilómetros de recorrido, ha sido otro ejemplo de esta «conducción hacia lo desconocido». En este caso, sin embargo, se trató de una prueba de resistencia más que nada, aunque otro indicio para la CSI de que también América es terreno abonado para que próximamente incluya en el calendario del Mundial alguna prueba por sus tierras. Le interesará al organismo internacional, por su búsqueda de terrenos «más libres», como los africanos -a diferencia de las dificultades que encuentra en Europa-, y también a las marcas de automóviles. Precisamente el vencedor del rallye de América del Sur, el inglés Andrew Cowan, fue también el ganador del pasado rallye de Bandama, convirtiéndose así en instrumento principalísimo de Mercedes y Mitsubishi, las dos marcas triunfadoras. La casa ale,mana buscaba la introducción de sus productos en el mercado suramericano y la japonesa, al igual que ella, en Africa.

Peugeot fue la gran derrotada en el anterior Bandama. Seis coches con pilotos tan acreditados como Makkinen, Mikkola, Nicolás -el héroe de esta temporada en sus comienzos y segundo ahora en la clasificación de pilotos por detrás de otro finlandés, Alen, último vencedor en San Remo con Lancia- fueron der rotados por dos Mitsubishi: el de Cowan y el del keniata Singh, varías veces ganador del rallye Safari. En-esta ocasión, con el Bandama puntuable ya para el Mundial, la lucha se presenta de nuevo interesante entre las marcas japonesas y las europeas.

En Costa de Marfil hace mucho calor en octubre, pero puede llover, y mucho. Salir el primero en cada ocasión es importante para evitar el polvo del coche anterior. La humedad, sin embargo, sobre todo en el Sur, acaba formando nieblas, si aquél falta. Para colmo, no se debe olvidar que se está en Africa, donde esa «libertad» de circulación lo es también para animales. Para sacar una media de 110 kiiometros por hora habitualmente no conviene encontrarse con sorpresas, y eso es difícil. Las averias mecánicas a veces son sólo una anécdota al lado de tanta aventura.

5.500 kilómetros

El rallye Bandama se celebr en Costa de Marfil, república africana independiente desde el 7 de agosto de 1960. Tiene una superficie de 322.000 kilómetros cuadrados, no muy inferior a España, por ejemplo, que cuenta con más de 500.000. Su población, en cambio, apenas llega a los seis millones de habitantes, casi siete veces inferior a la española. El país está situado en la parte más alta y extrema del golfo de Guinea, pues limita al Sur con el océano Atlántico.

La prueba tendrá 5.500 kilómetros, 4.000 de ellos por carreteras, distribuidos en cuatro etapas, La salida y llegada será en la capital política y económica, Abidjan, una de las ciudades más modernas de Africa. Cuenta con más de medio millón de habitantes y está situada en la costa oriental, cerca ya de la frontera con Ghana. La primera etapa, Abidjan-Yamoussoukro, tendrá 1.053 kilómetros, con once sectores.

La segunda etapa, Yamoussoukro-Tabou-Yamoussoukro, tendrá 1.844 kilómetros, con cinco sectores-. Toboti está en la costa occidental, prácticamente en la frontera con Liberia. La tercera, también con salida en Yamoussoukro, centro vital intermedio del rallye, irá hasta Korhogo, al norte del país, para regresar a su pun to de partida, con 1.550 kilómetros de recorrido y otros cinco puntos de enlace.

Por último, la cuarta y última etapa será Yamoussoukro-Abidjan, de 1.050 kilómetros, y con once sectores de enlace.

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