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Carrillo: "Las elecciones generales podrían postergarse durante un año"

El secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo, ha propuesto que se aplacen por un año las elecciones generales, «para dedicar el próximo a abordar los problemas políticos, económicos y sociales, y tratar de darles soluciones». El señor Carrillo hizo esta propuesta en un discurso lleno de ataques al Gobierno, al PSOE y a UGT, que pronunció el pasado domingo en la fiesta anual de su partido, celebrada en Madrid.

Santiago Carrillo comenzó haciendo balance del año transcurrido, al que calificó de «difícil» y destacó que el Gobierno ha hecho en la pasada jornada de reflexión un balance triunfalista, olvidando las dificultades.Manifestó después que, en esta situación, el PCE ve las cosas «muy claras: o los partidos de izquierda impulsan a UCD a situarse en posiciones cada vez más consecuentemente democráticas, con una política de cooperación, o la irán empujando poco a poco en brazos de Alianza Popular, apoyando así, inconscientemente, a que se forme esa gran derecha, que siguiendo sus tradiciones terminaría enterrando las libertades democráticas y volviendo el país a la dictadura».

Atacó después al secretario general de la UGT, Nicolás Redondo, afirmando que cuando éste habla de un pacto secreto entre UCD y el PCE, la realidad es que él está dispuesto a firmar un simple pacto social con los empresarios y el Gobierno. Negó que hubiera ningún pacto UCD-PCE y afirmó que en las conversaciones de estos días con los socialistas, éstos han presentado la perspectiva de un Gobierno UCD-PSOE, que estos partidos están dispuestos a formar al día siguiente de las elecciones.

Unidad con los socialistas

Dijo más adelante que con esta política «los comunistas no renunciamos a nada», ni a la unidad entre comunistas y socialistas, que «debe ser el cimiento primordial de la unidad de todas las fuerzas democráticas, y en el porvenir, clave de una nueva sociedad sin explotados ni explotadores».

Se refirió después a la Constitución, y dijo que los comunistas no habrían votado a favor de la enmienda del PNV que aprobó la Comisión Constitucional del Senado y que consideran profundamente erróneas algunas posturas del partido vasco, aunque «tampoco entendemos que habiendo votado, quizá en un momento de irreflexión, aquella enmienda, ahora el PSOE ataque al PNV con tanta o más virulencia que UCD. Ni que casi se confunda al PNV con ETA».

Volviendo a la situación del país, resaltó los principales problemas socioeconómicos de la actualidad, principalmente el paro y la crisis industrial y agraria, y dijo que estos problemas no pueden abordarse y resolverse en un día ni en un año, «pero tampoco se les puede dejar pudrir», por lo que el PCE ha propuesto a los demás partidos un plan de reconversión y saneamiento a tres o cuatro años.

En este sentido, afirmó después, es en el que debería orientarse el consenso, porque «la situación es tan seria que ningún partido político, por muchos diputados que tenga, puede resolverla por sí solo». En cambio, agregó, el Gobierno ha presentado un balance con aires excesivamente triunfalistas, sólo preocupado de las limitaciones salariales, la inflación y la balanza de pagos, y en donde no se refiere para nada a los aspectos incumplidos del pacto de la Moncloa: casi todo cuanto concierne a reformas estructurales de signo democrático en la economía, la administración y la empresa pública.

Postergar las elecciones un año

Afirmó después que un Gobierno que puede estar dimitido dentro de dos meses no puede pactar, y que si el año próximo se convierte en un año electoral no se puede esperar que sea de reactivación económica. «Las elecciones generales -agregó- podían postergarse durante un año, para dedicar el próximo a abordar los problemas políticos, económicos y sociales, y tratar de darles soluciones.»

«Parece que no será así», añadió, porque el PSOE reclama elecciones rápidamente, la UGT, de acuerdo con el PSOE, rechaza también acuerdos políticos y acepta el pacto social, y la posición de UCD, aunque favorable a acuerdos, es ambigua y reservada.» El PCE, según Carrillo, propone que los partidos democráticos se reúnan para clarificar la situación y ver si son posibles o no acuerdos políticos, económicos o sociales para a partir de una perspectiva general, precisar los puntos de un programa común. No obstante, el PCE no aceptaría un programa tal si no incluye una dimensión político-económica que garantice una orientación de progreso.

Finalmente, afirmó que el PCE no tiene miedo a las elecciones, sino que está seguro que en ellas aumentaría su representación parlamentaria, «pero también podemos seguir un año más con sólo veinte diputados si, a cambio, se garantiza una política que aborde satisfactoriamente los graves problemas nacionales»

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