El Rayo empató con coraje, pero careció de ideas
El Rayo ha cambiado de entrenador, pero realizó el domingo su presentación, en Vallecas, en esta temporada, bajo el mismo esquema de juego que el año anterior le convirtió en uno de los equipos revelación. Pero el domingo se registró una ausencia importante en una línea tan efectiva como la delantera: González, que sí estaba en el campo de Vallecas, pero en las gradas y como jugador del Atlético. La delantera rayista frente al Burgos, desde el principio y, sobre todo, en el primer tiempo, estuvo roma, sin efectividad alguna. La táctica del equipo, era la misma del año pasado, pero la orquesta era dirigida por otro director. De ahí los errores del primer tiempo, que supo aprovechar perfectamente el Burgos.El Rayo dominó territorial mente durante todo el encuentro Pero su dominio se debía más a la presión física de sus jugadores que al juego de conjunto, hilvanado y de ideas. El Burgos, mejor situado en el campo, fue más positivo y efectivo. Bastaban dos jugadores, extranjeros por más señas, López y Adorno, los únicos que actuaban como delanteros, para poner de manifiesto los huecos de la defensa rayista, Carreño, teórico extremo izquierda burgalés, se colocó en el centro del campo, libre de marcaje, porque ningún defensa le seguía, y fabricó todas las acciones de peligro de su equipo. Bastaba que los rematadores burgaleses mostraran su efectividad, como así fue, para finalizar el primer tiempo con una ventaja de dos goles.
El Rayo jugó un primer tiempo con bastante imprecisión; quería jugar, pero no podía. La defensa burgalesa apenas tenía trabajo. El mejor jugador rayista durante la primera parte fue su portero, Hierro. El detalle es significativo. El dominio correspondió al Rayo, mientras el peligro corría de parte del Burgos.
En el segundo tiempo Fermín quedó en la caseta. Fue sustituido por Lastra, que se colocó como extremo derecho. Francisco, nulo en la primera parte, mejoró sensiblemente en el segundo período, en el centro del campo. El Rayo continuó en su ímpetu y presión. Pero las ideas de juego eran ya otras, más positivas. El Burgos se confió en la diferencia del marcador. Ese fue su error. A los cinco minutos de esta segunda parte, Adorno fue sustituido por Teca. La delantera burgalesa quedó rota. La defensa rayista respiró tranquila. Existió una diferencia abismal entre Adorno y Teca, que se encerró en sí mismo, en su parcela.
Reacción final
A los pocos minutos de la segunda parte el Rayo acortó distancias al transformar un penalti. Mientras los rayistas buscaban como mínimo el empate, los burgaleses defendían su ventaja. La diferencia era significativa. Parecía obligado que llegase el empate. El Rayo presionaba de tal forma que la defensa burgalesa se encontró incapaz de frenar el juego de sus contrarios. Se vieron obligados a pararlos, aunque fuese por medios antirreglamentarios. En una de esas faltas llegó el tanto del empate.
Con el marcador igualado y el calor en aumento, los rayistas cedieron en su presión y los burgaleses se conformaron con el empate, aunque todavía contaron con ocasiones para alzarse con el triunfo. El Rayo se ha encontrado con su primer negativo. Sólo su esfuerzo físico -y no su juego, que careció de ideas- impidió la derrota. Extrañó jugar con el mismo esquema bajo la batuta de un nuevo entrenador. El mayor mérito del Rayo fue nivelar la diferencia obtenida en la primera parte por un Burgos con mayor claridad de ideas y, sobre todo, con más efectividad ante la portería contraria.
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