La asamblea de UCD de Madrid se celebró sin contestación

La primera asamblea de Unión de Centro Democrático de Madrid, celebrada ayer en el Palacio de Congresos y Exposiciones del Ministerio de Cultura, se desarrolló con normalidad, sin enfrentamientos de tendencias, dentro del orden del día previsto por el comité ejecutivo de la organización madrileña del citado partido. El sector contestatario de la asamblea, cuya principal preocupación es lograr una mayor democratización en los órganos directivos del partido, apenas dejó sentir su presencia, después de intentar la elección de una mesa presidencial distinta a la que ya había sido designada, presidida por Pérez Llorca.

El principal objetivo de la asamblea era elegir los compromisarios -71 sin contar los once parlamentarios de UCD que lo son por razón de su cargo- que han de representar a la organización de Madrid en el congreso constituyente de UCD, cuya celebración ha sido fijada para mediados de octubre. Entre los compromisarios, elegidos de una lista única de 106 nombres, figuran los dos ministros no parlamentarios de UCD: Agustín Rodríguez Sahagún y Juan Antonio García Díez, así como dirigentes de los antiguos partidos que integran actualmente Unión de Centro Democrático, entre ellos, Luis Ortiz y José Luis Álvarez.La asamblea, en la que se han elaborado cuatro ponencias sobre vida local, organización del partido, funcionamiento de los comités locales del partido y sobre la preparación de la próxima asamblea, sirvió de marco para que Luis Ortiz, presidente del comité ejecutivo de Madrid, y Rafael Arias Salgado, coordinador general de UCD, pronunciaran sendos discursos, el primero analizando internamente el partido del Gobierno, y el segundo valorando políticamente el papel que está jugando en la democracia.

«No ha habido cohesión y ha pesado mucho el respeto al mando constituido», manifestaron a EL PAÍS algunos de los delegados pertenecientes al sector crítico de la asamblea. Este sector, minoritario dentro de los quinientos delegados asistentes, hizo un ensayo de oposición mediante la propuesta de una candidatura encabezada por Ignacio Camuñas para formar una mesa de la asamblea distinta de la propiciada por el comité ejecutivo. Sin embargo, este intento no prosperó al retirar su candidatura el antiguo ministro para las Relaciones con las Cortes.

Un responsable del partido mostró su satisfacción a EL PAÍS por el desarrollo de la asamblea. «Teniendo en cuenta -manifestó- la corta existencia del partido, los delegados se han tomado con interés la asamblea, y la mayoría de ellos han demostrado un nivel político aceptable.» Otro delegado perteneciente al sector más crítico expuso a EL PAÍS que la asamblea «había tenido numerosos defectos de forma».

Entre las conclusiones de las comunicaciones debatidas, ningúna de las cuales será trasladada al congreso de UCD dado su carácter constituyente, destacan las referentes a la próxima asamblea provincial de Madrid, en la que deberá ser elegida una nueva ejecutiva.

Esta asamblea, que deberá poner en práctica dentro de su ámbito las decisiones, que adopte el congreso constituyente, se celebrará, según lo acordado ayer, después del referéndum constitucional y antes de las consultas electorales de carácter general previstas en el país, y si no pudiera llevarse a efecto en ese período, dentro de los dos meses siguientes a la primera de dichas consultas generales que se haya celebrado.

Amortiguar el ataque izquierda-derecha

Luis Ortiz, presidente de la UCD madrileña -y que encabeza la candidatura de compromisarios que salió elegida- pronuncio el discurso de clausura de la asamblea, aunque el coordinador general de UCD, Rafael Arias Salgado, que acababa de llegar de, la asamblea del partido en Barcelona, no desaprovechó la ocasión de pronunciar unas palabras a continuación.Luis Ortiz, que habló de la necesidad de que UCD se dé a conocer a la calle, manifestó que la intuición popular había detectado en las pasadas elecciones la necesidad en España de un centro político que limase crispaciones y que aportase una buena dosis de sentido común a la vida colectiva, amortiguando el ataque frontal de derecha e izquierda.

Arias Salgado, por su parte, calificó de falsas y alejadas de la realidad las afirmaciones sobre las supuestas disensiones en UCD y sobre el supuesto incumplimiento de su programa electoral. «UCD -dijo- es el único partido que no ha tenido que moverse de su sitio, mientras que Alianza Popular, que hizo su campaña electoral a la sombra del antiguo régimen, pretende ser un partido de centro-derecha, espacio que objetivamente no le corresponde.»

El coordinador nacional de UCD manifestó que este partido gobierna porque está asentando las bases de un nuevo Estado, porque está afrontando con éxito la crisis económica y porque está realizando todas aquellas reformas que son indispensables para la consolidación de la democracia en España».