Unos novillos de excepción que se quedaron sin torear
Al caer la tarde, con frío, espesos nubarrones y una novillada que en Madrid no habría aceptado el público, aunque la andanada ocho se hubiera trasladado en corporación a Marbella a tomar el sol, empezaron los sanfermines.Lo de Diego Romero ya se sabe que no suele salir grande y que es muy bueno -por eso se lo rifan los apoderados de los novilleros punteros-, pero en esta ocasión batió sus marcas en todo. Por un lado, no tenía trapío, se mirara la novillada por donde se la mirara, y el tercero era un animalito indecoroso, como de tienda. Por otro, resultó de una calidad extraordinaria (salvadas excepciones), con un ejemplar notabilísimo en su boyantía, que fue el segundo, y otro de ensueño, que fue el quinto.
Plaza de Pamplona
Novillada de feria. Cinco novillos de Diego Romero, desiguales de presentación, casi sin trapío, flojos, boyantes, excepto el tercero, muy buenos primero y segundo y fuera de serie el quinto. Y uno (cuarto) de Benjamín y Blanca Vigente Sánchez, bien presentado, manso y bronco. Pepe Luis Vargas: tres pinchazos y estocada delantera caída (silencio). Estocada desprendida (silencio). Curro Cruz: estocada atravesada y dos descabellos (vuelta con algunas protestas). Pinchazo a un tiempo, estocada ladeada y rueda de peones (oreja). Emilio Muñoz: espadazo muy bajo, que queda enhebrado en la piel, y descabello (silencio). Pinchazo en el cuello y bajonazo exagerado que asoma por abajo (pitos).
Es decir, que Curro Cruz tuvo el lote mejor, y tan bueno que era como si le hubiese tocado la lotería. La gloria y el dinero estaban en las embestidas de esos novillos. Pero Dios le da pañuelos al que no tiene catarro, oímos decir una vez, y qué verdad es a veces; de manera que Curro Cruz, con esa oreja incluida que le regaló el festivo y benévolo pueblo, dejó de pasar de largo la oportunidad que tenía para hacer el toreo puro y desaprovechó la ocasión, quizá unica en su vida, de ponerse en los puestqs primeros del escalafón.
Ni faena, ni banderillas, ni ideas
Faenas largas y sin temple, con muy contados pases que le salieran redondos; ideas poco claras sobre la colocación y las distancias; cierta propensión a circular y aagarrarse al novillo para salir por el rabo fue el balance de una actuación que debió ser cumbre. ¿Se habrá dado cuenta de ello el propio Curro Cruz?
También puso banderillas, y por cierto, muy mal. Ya dijimos, con motivo de su presentación en Madrid, que cuando un matador coge los palos es para hacer la suerte con maestría, no para colocarlos donde caigan y a toro pasado. Pero este es un mal que se detecta no sólo en Curro Cruz, sino también en la mayor parte de los espadas de alternativa que se tienen por banderilleros.
Falta de temple y torería
Y puesto que hemos hablado de Madrid, conviene señalar que es Curro Cruz el único de los tres espadas participantes en esta novillada que ha debutado en Las Ventas y, por tanto, debió salir en primer lugar. No acertamos a comprender qué motivos hubo para que se alterara este orden establecido. Quizá había consenso en el que Pepe Luis Vargas es toreto más experimentado y le asignaron la función de director de lidia.
Mas ese consenso, si tal había, estaba equivocado. Pepe Luis Vargas también desaprovechó un novillito excelente que fue el que abrió plaza. Su faena, muy larga, variada incluso, no tuvo calidad: faltaba en ella el temple y la torería. Su otro novillo, ya no diegorromero, era un manso bronco que se quedó sin picar, y aunque Vargas estuvo con él voluntarioso y valiente, no pudo domeñar las violentas embestidas, lo cual, por otra parte, no siempre ha de ser censurable en un novillero.
Mala pata para el más aprendiddo
Las excepciones en la calidad fuera de serie de los diegorromeros le correspondieron a Emilio Muñoz, y también es mala pata, pues fue el único espada de la terna que apuntaba toreo de arte y técnica bien aprendida. Su primero, después de comportarse como bravo en el caballo, se vino abajo y buscaba tablas, sin que acertara el diestro a sacarlo de allí y pudiera obtener partido de sus acometidas reservonas y sin fijeza. El sexto se quedaba corto, pese a lo cual Emilio Muñoz le sacó una tanda de naturales muy buena y varios pases de pecho con la izquierda de gran hondura y belleza. Con la espada, en cambio, estuvo fatal.
Bueno, éste fue el aperitivo de la feria que empieza hoy con los pablorromeros. Y ya con dos sustituciones. En lugar de Palomo vendrá José Luis Galloso. Y Roberto Domínguez ha enviado un telegrama diciendo que se encuentra indispuesto. No es serio este proceder de los toreros cuando todas las localidades están vendidas para todos los días de la feria.
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