Los exiguos beneficios no pemiten dividendos

Pese a tener beneficios (434 millones de pesetas), la insuficiencia del cash-flow generado, una vez atendidas las amortizaciones mínimamente necesarias, impide el abono del dividendo por el ejercicio 1977, dijo el presidente de Sarrió en la junta de accionistas, celebrada el domingo, al mediodía, en Leiza.Proponiéndose ser más claro y explícito que nunca, Lorenzo Marco Sarrió confesó que si el fin primordial de cualquier empresa es obtener beneficios, pragmáticamente hay un objetivo de mayor entidad: sobrevivir.

Entre los factores que han contribuido a disminuir su rentabilidad señaló el aumento de los costos no absorbibles por los retoques en los precios de venta, así como la práctica imposibilidad de llevar a cabo, en los últimos veintiocho meses, nuevas ampliaciones de capital con que atender adecuadamente las necesidades financieras derivadas del ambicioso plan de inversiones (cerca de 10.000 millones de pesetas) realizado por la Compañía Papelera de Leíza, con los consiguientes altos costos firíancieros por el elevado peso de los recursos ajenos.

Después de la junta, donde no hubo ningún ruego ni pregunta, el presidente puntualizó a los periodistas que ha pasado lo peor, porque, tras exhaustiva auditoría, cinco grandes bancos (Central, Urquijo, Flisparío, Popular y Exterior) han decidido apoyar crediticiamente a Sarrió.

Durante 1977, a pesar del descenso de la demanda papelera en el segundo semestre, aumentaron en un 34,5 % las ventas globales de la compañía, alcanzando 12.857 millones de pesetas. En el mercado interior, la facturación fue de 10.208 millones, superior en un 29 % a la del ejercicio anterior, lo que significa que su participación sigue creciendo, ya que el aumento sectorial no ha alcanzado esta cota. La exportación creció un 60 %, elevándose a 2.649 millones, y la producción un 7%, superior también a la media del sector.