"Temo que tras los maximalismos se esconda, el miedo a gobernar"

«Se dice que se abusa del consenso, pero la Constitución no la podemos perder. Es lo único que no podemos perder, la necesitamos para gobernar. En el Parlamento es mayoría UCD y la derecha, si no negociamos nos harían una Constitución con la que no podríamos gobernar, y difícilmente conseguiríamos la mayoría suficiente para cambiarla. Se puede perder la ley sobre el paro, la de acción sindical, pero no importa, las sacaremos adelante como Gobierno dentro de unos meses. Son leyes ordinarias. Por todo ello, tenemos que hacer lo que no nos gusta, tenemos que negociar y lograr una Constitución con la que pueda gobernar, tanto la derecha como la izquierda.» Felipe González, secretario general del PSOE, a quien parte del congreso ugetista había recibido con gritos de «¡marxismo, marxismo!», logró con su brillante disertación, en unos escasos minutos, las mayores ovaciones de las cuatro jornadas congresuales. Tras ironizar a quienes le increpaban: «Antes los marxistas eran menos, me alegro de que vayan creciendo», saludó al congreso como ugetista, recordando su trayectoria en esta central, y habló de la estrecha relación, entre la lucha del partido y del sindicato desde los tiempos de Pablo Iglesias. «Esta relación debe seguir. Claro que me parece que hay algunos compañeros a quien no les gusta esta identificación. Pues el que quiera que la apoye y que la defienda, y el que no, que se vaya.»Afirmó, con gran seguridad, que dentro de unos meses,, probablemente antes de fin de año, habrá Gobierno socialista. En cien años, en dos momentos críticos: 1931 y 1978, le ha correspondido al PSOE la responsabilidad histórica de asentar la democracia. Se está produciendo un desplazamiento de votos, y podemos encontrarnos con un mandato mayoritario de siete u ocho millones de españoles -dijo- para nuestro partido. «Un mandato que habría que concretar en cambio democrático.» El Gobierno es incapaz de dar la sensación de tal cambio por su gestión ineficaz, por su incapacidad manifiesta para cumplir los acuerdos suscritos (pactos de la Moncloa).

No podemos ser ambiciosos en nuestro programa, el mandato es muy concreto, es el que quiere el y país -añadió- «Temo que ese mandato que nos da el pueblo no lo sepamos asumir. Temo que el marximalismo de algunos sea un pretexto para esconder su miedo a gobernar.» Dijo que había quien se proponía modelos ideales de sociedad, se refirió al Partido Comunista francés, y luego, ante la eventualidad de gobernar, prefería, por miedo, guardarlos en el cajón. «Nosotros como colectivo socialista, UGT y PSOE, no vamos a prometer más de lo qué podamos cumplir. Hay muchas diferencias cuando lee un mismo texto un Gobierno de derechas o uno de izquierdas.»