"La Compañía Metropolitano acepta la responsabilidad"
«Naturalmente, la Compañía Metropolitano tiene que aceptar la responsabilidad del accidente, tanto económica, en cuanto a atender a los heridos que se han registrado, como moral», declaró a EL PAIS el director gerente del Metro, Adolfo Pool, minutos después de que fuera sacado del convoy accidentado el último herido, el conductor del mismo.«Ahora bien, añadió el señor Pool, esto no quiere decir que la compañía sea la culpable del accidente. Eso lo habrán de determinar los jueces. La compañía lo que hace es ofrecer a los usuarios el máximo margen de seguridad posible y, para ello, ha cumplido con todas las normas.»
El subdirector de la Compañía Metropolitano, Eduardo Nuez, dio a EL PAIS una primera explicación oficial de las causas del accidente: «El sistema automático de señalización estaba fallando porque, creemos, se había producido un contacto extraño que hacía que el semáforo se pusiera en rojo cuando debía estar en verde.
Ante estos casos ponemos en funcionamiento un sistema muy rudimentario, llamado block telefónico. Consiste, fundamentalmente, en que no se da salida a un tren de una estación hasta que, telefónicamente, no le comunica la siguiente que está despejada la vía, lo que se produce cuando el tren precedente ha salido ya de la segunda estación.
Sin embargo, en este caso, se ha debido producir un fallo humano y la estación de Sol ha dado la señal telefónica a la de Tirso de Molina para que saliera el siguiente tren. Seguramente, Sol ha comunicado que había salido el tren número veinte, cuando en realidad lo acababa de hacer el diecinueve, en tanto que el veinte estaba en mitad del túnel, detenido por la señal luminosa estropeada.
En estas condiciones, el tren número veintiuno ha salido de Tirso de Molina con la nota por escrito necesaria para ello en estos casos y ha alcanzado al veinte en mitad del túnel, donde éste estaba detenido. Tampoco es posible decir que el conductor del tren número veintiuno hubiera podido frenar, ya que prácticamente todo el tramo entre Tirso de Molina y Sol es una curva y no habrá visto el convoy detenido hasta que haya estado encima de él. Pero, por otra parte, al tener esa curva tan pronunciada, la velocidad a la que circulan los trenes es, siempre, muy inferior a la normal, lo que también ha evitado que el accidente haya sido mayor.»
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