Maniobra de un taxista
En el día 10, viernes, a las 2.30 horas de la madrugada, tuve necesidad de tomar un taxi en el aeropuerto de Barajas para dirigirme a mi domicilio localizado en las inmediaciones del mismo, en la Alameda de Osuna. Hice saber mi destino al conductor, y éste, con un gesto de malestar por lo corto de la carrera, emprendió la marcha, pero olvidando poner en marcha el taxímetro. Entonces, cuando le hice observar la omisión, me contestó «que no funcionaba». Hice parar el coche y bajé de él inmediatamente, y en ese momento un nuevo cliente lo tomó y vi con asombro e indignación cómo bajaba perfectamente la bandera.Naturalmente de este hecho he dado cuenta a la Policía Municipal y a la Cooperativa del Taxi. Quizá sea tema de otra carta a EL PAIS el resultado de tales denuncias.
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