El "afeitado" seguirá como hasta ahora
La lucha contra el afeitado seguirá tal cual estaba, a pesar de que el tema se ha tratado en las reuniones para la reforma del reglamento. Es decir, que no habrá tal lucha -si acaso batallita, pequeñita batallita- con lo cual nada habrá cambiado en asunto tan crucial como es la autenticidad del espectáculo.El representante de la Federación de Asociaciones Taurinas, Antonio García-Ramos, que realiza una labor admirable en defensa de los intereses de los aficionados (con poco respaldo estos días) hizo, él solito, frente, para que se modificara el articulo correspondiente del reglamento a fin de que la prevención y represión del fraude tuviera eficacia.
Pero el presidente de la reunión de reformadores no era del mismo parecer: «Tal como figura en el reglamento está bien, y no hay por qué moverlo.» Y García-Ramos: «No está bien, pues si estuviese bien, ya no existiría el afeitado, y no hay tal cosa.» Que si, que no, que no, que sí, etcétera.
-¿Quién se llevó el gato al agua?. Faltaría más, el presidente. ¿Era mucho pedirle que la policía -como proponía el representante de las asociaciones taurinas- levante atestado para investigar el fraude? La cuantía de las sanciones, esas sí, se elevarán, e irán, como hasta ahora, contra el ganadero. «El ganadero tiene la culpa -es generalizado sentir- puesto que si no quisiera que afeitaran sus toros...» Osá, que yo cultivo una naranja y porque un palestino, allá, a mil leguas, la inyecta mercurio, el culpable soy yo, por cultivarla.
La reforma, si se hace, y no deja bien atados todos los cabos en este vidrioso tema, no va a servir para nada (por lo menos, nada bueno). Como es lo del tercio de varas, en lo de torear a una mano, y tantos otros aspectos que aún están en el aire.
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