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El Madrid perdió con justicia ante el Elche

Tras un aceptable primer tiempo, en el que pareció que podía ganar con facilidad, el Madrid, jugó pésimamente en la segunda parte y fue batido con toda justicia por un Elche que mostró muy pocas virtudes. El partido fue vistoso a ráfagas, pero defalta de calidad por la ausencia de rigor en los marcajes y por las deficiencias técnicas en muchas de las acciones individuales.Los primeros minutos fueron de una increíble angustia para el Madrid. El Elche salió a jugar con un fútbol inteligente, profundo, al primer toque, y con mucha precisión, y en los primeros cinco minutos se habían anotado un tanto y había llegado hasta la mismisima área chica en cuatro o cinco ocasiones más. La defensa madridista, en la que Wolf era esta vez el libero, para que Pirri ocupase un lugar én la media, se desajustaba tremendamente en cada avance del Elche, siempre bien llevado por ese jugador de gran talento que es Trobbiani. Hizo falta que Stielike se esforzara, especialmente en el marcaje al excelente centrocampista argentino -aunque no llegó a anularle completameríte en todo el partido- y que la defensa madridista, a fuerza de fallar, encontraran el sistema preciso para atajar el habil sistema de relevos con que atacaba el Elche, para que Miguel Ángel dejara de pasar esos frecuentes sobresaltos.

Una vez hubo asentado el Madrid una base defensiva -cosa que le costó bastantes minutos como para que hubiera podido encajar algún gol más- pudo pensar en lanzar sus ataques. Jensen, muy activo en la media -para lo cual se veía favorecido por su emparejamiento con el lentísimo Montero- se mostraba en mejor forma que en sus últimos partidos, y eso era toda una esperanza para el Madrid. Pirri luchaba mucho, lo mismo que Stielike, y entre los tres llevaban frecuentemente el balón al área contraria, aunque Juanito sigue sin estar fino. El Madrid daba cierta unagen de peligro, sobre todo porque Olsen, que había dispuesto unas acertadas combinaciones para el ataque, falló en la previsión del sistema detensivo. Isidro se encontró muchísimas veces con libertad para ir al ataque y, presentarse en el área sin que nadie le cortara el paso y milagro fue que no hiciera algún gol.

Toda la primera mitad se jugó con cierto equilibrio de fuerzas y frecuentes jugadas de peligro en las dos áreas, más producto de errores de planteamiento defensivo que de brillantes acciones de ataque. El Madrid acertó pronto con el empate y como quiera que su centro del campo era más batallador que el del rival -ni Gómez Voglino ni Montero tuvieron mucha presencia en el juego- pareció encaminado a ganar el partido con cierta facilidad. Pero la segunda parte el buen Jensen de la primera se esfumó completamente; Pirri acusó fatiga, porque ya no es el jugador, de antes y Stielike se quedó sólo en la media para batirse con un Trobbiani que se crecía continuamente y que en condición técnica y en talento estaba a mucha altura por encima de cualquier otro jugador sobre el campo.

El Madrid, según avanzaba esta segunda parte, se fue destronando y dejó de provocar peligros en elárea de Esteban con la frecuencia con que lo hacia antes. El Elche, aparte del partidazo de Trobbiani y de las excelentes intervenciones en el juego de su libero de color, Gilberto -que salía de cuando en cuando Jataque con mucho peligro- no mostraba muchas virtudes más, porque sus extremos no hacían sino que desaprovechar el excelente juego que les llegaba de atrás-. Por eso, y porque el árbitro parecía decidido a echar un capote al Madrid no se podía esperar como segura la victoria ilicitana. Pero dos fallos de Miguel Ángel terminaron de desequilibrar el partido y el Elche se quedó así con unos puntos que le resultan vitales, en tanto que el Madrid, continúa sumido de nuevo en el bache y cede nueva ventaja al Baréelona.

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