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"El Ayuntamiento de Quijorna sí ha facilitado información a los vecinos"

Bernabé Serrano, alcalde de Quijorna, ha enviado a EL PAÍS una nota de réplica respecto al artículo aparecido el pasado 14 de febrero en el que se recogían una serie de denuncias hechas por un grupo de vecinos del pueblo, en el sentido de que el Ayuntamiento no facilita la debida información pública, tanto sobre la extracción de arenas del arroyo Quijorna, como de las cláusulas del contrato por el cual se alquilaba la casi totalidad de los terrenos del municipio al ex ministro Manuel de Arburúa, para ser utilizados como coto de caza.En su réplica, Bernabé Serrano expone que la Comisaria de Aguas del Tajo permitió la extracción de 5.000 metros cúbicos de arena, ampliados luego en otros trescientos. El anuncio de las concesiones estuvo expuesto al público durante veinte días sin que nadie formulara reclamaciones. El Ayuntamiento decidió extraer la arena y realizar las obras por administración, por lo que no procede legalmente la convocatoria de concurso alguno. La nota menciona también la falsedad de que no se llevara control sobre el volumen extraído, ya que «además de la supervisión ejercida por la Comisarla de Aguas del Tajo, los miembros del Ayuntamiento realizan comprobaciones periódicas». El alcalde termina acusando a los vecinos de dar informaciones basándose en datos obtenidos por métodos poco serios.

Respecto al arrendamiento del coto privado, la nota de réplica señala que se adoptó tras la celebración de cinco concejos abiertos, y los vecinos están perfectamente informados del mismo, puesto que el contrato va firmado por todos los dueños de las parcelas arrendadas. El beneficio obtenido es de casi diez millones, que se engrosan con tres millones más, repartidos en seis años, en concepto del pago de jornales para los vecinos que realizan servicios en las cacerías y vigilancia del coto, y otras 400.000 pesetas más que serían el valor aproximado de las piezas cobradas directamente por los habitantes de Quijorna.

Por último -dice la réplica-, «tampoco es cierto que el alcalde obligara al presidente de la asociación de vecinos, señor Navarro, a trasladar fuera del pueblo un rebaño de su propiedad. El Ayuntamiento negó la autorización para instalar en el centro del pueblo una vaquería, de acuerdo con la legislación sobre actividades molestas, en contra de las numerosas presiones que le llegairón de algunas autoridades a quienes puso en movimiento el señor Navarro. Este acusa al alcalde de mantener en el casco urbano un rebaño de unas cien cabras, cuando, en realidad, ese rebaño se reduce a dos».

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