Aún hay que trabajar
Lo más antiguo del fútbol y quizá por eso lo menos original es el juego por las alas. Lo más efectivo, sin embargo, y lo más emocionante suele ser enviar balones largos a los extremos para que éstos los envíen a la cazuela. La jugada más brillante del partido de anoche, aunque no fructificara, fue una que sólo tuvo tres protagonistas: Carrete, Cardeñosa, Carrete de nuevo con un centro largo al palo contrario y Santillana, que remató, aunque sin fortuna. La selección española se olvidó anoche, casi siempre, de buscar huecos junto a las bandas.En descargo de la selección habría que decir que faltó Camacho, un hombre que sube con fuerza, y Marcelino fue situado en el lado izquierdo de la zaga, zona que evidentemente no le resulta cómoda. Carrete no se atrevió las más de las veces a cruzar a campo enemigo. Sin los refuerzos de la defensa, Dani y López Ufarte se encontraron desamparados en esa lucha por conseguir el pase de la muerte.
La selección que esta vez presentó Kubala no era la ideal, pero se acerca muy mucho a la habitual y por lo visto frente a una Italia que solamente buscaba conocer las posibilidades de algunos suplentes, el futuro no es demasiado esperanzador. Le falta al equipo más garra, más facilidad para burlar murallas como la trasalpina. Kubala tiene que trabajar mucho todavía para hacer la selección del Mundial.
El partido no tuvo más allá de diez minutos emocionantes. Faltó incluso calor en las gradas y una vez más quedó demostrado que esta clase de encuentros de promoción sí son los idóneos para acudir a esas ciudades que desde siempre espera el un encuentro internacional.
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