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Reducción de impuestos y aumento del deficit, puntos esenciales del presupuesto de Carter

El presidente Carter presento al Congreso norteamericano el presupuesto federal para el año fiscal 1979, primero elaborado íntegramente por su Administración, que alcanza la cifra de 500.000 millones de dólares -42,5 billones de pesetas-, y que tendrá un déficit de algo más de 60.000 millones.

El presupuesto confeccionado por la nueva Administración demócrata para el periodo que abarca desde el 1 de octubre de este año hasta el 30 de septiembre de 1979, supone un 8 % de aumento respecto al presupuesto federal del año en curso, que había sido elaborado por el Gobierno de Gerald Ford, y en el que su sucesor en la Casa Blanca introdujo sólo leves modificaciones. Si se descuenta la tasa de inflación, de aproximadamente el el nuevo presupuesto incrementa el gasto público en sólo un 2 % en términos reales.El déficit de 60.000 millones de dólares es ligeramente inferior al del presupuesto de este año, pero la magnitud de la cifra hace pensar que Jimmy Carter tendrá serios problemas para cumplir su promesa electoral de confeccionar un presupuesto equilibrado para 1981. En el presupuesto elaborado por la Administración Carter se incluye la reducción de impuestos anunciada recientemente por éste, que supone el dejar de ingresar en las arcas federales 25.000 millones de dólares y que, según las previsiones gubernamentales, supondrá una reactivación de la economía y la creación de un elevado número de puestos de trabajo. El crecimiénto real de la economía estadounidense previsto en el presupuesto será del 5, % anual.

El primer presupuesto de la Administración Carter puede definirse como conservador y provocó críticas en los sectores liberales del Congreso, así como entre las organizaciones que agrupan a las minorías menos favorecidas por el sistema, pese a que en el presupuesto se incluyen acciones para mejorar su situación. Desde que, hace diecisiete años, el presupuesto federal de Estados Unidos alcanzara por primera vez los 100.000 millones de dólares, la cifra del gasto público se ha multiplicado por cínco. También durante los últimos años el presupuesto estadounidense ha sido deficitario, excepción hecha de 1969, cuando hubo un superávit de 3.000 millones de dólares.

Los capítulos prioritarios dentro del presupuesto para el año fiscal 1979, según explicó el propio presidente Carter en un breve mensaje al Congreso, son la energía, las necesidades humanas y la defensa. En el primer apartado se proveen fondos para la conservación energética, el desarrollo de nuevas fuentes de energía y la creación de una reserva estratégica de petróleo y gas natural que permita a Norteamérica soportar un posible embargo de crudos petrolíferos. Carter creó el año pasado un Ministerio de la Energía y presentó al Congreso un importante paquete de medidas energéticas que encuentran serias dificultades para ser ratificado por el legislativo.

El presupuesto de defensa. asciende a 126.000 millones de dólares (más de un cuarto del total) y dedica fondos sustanciales al desarrollo del nuevo misil Crucero, y al refuerzo de las tropas norteamericanas estacionadas en Europa. Los gastos de defensa crecen un 3 % en términos reales (descontada la inflación) y puede afectar a las conversaciones SALT con la Unión soviética.

En cuanto a las necesidades humanas, el presupuesto de Carter para 1979 se ocupa especialmentede la creación de puestos de trabajo para los jóvenes y las minorías étnicas y lingüisticas. El capítulo destinado a educación aumenta un 15 % respecto, al de este año y disminuye la cifra destinada a la agricultura.

Otro de los puntos esenciales del nuevo presupuesto es la congelación de las dotaciones para ayuda exterior, en contra de las promesas electorales de Jimmy Carter durante la campaña que le llevó a la Casa Blanca. La dotación asignada a Asuntos Exteriores es de sólo 7.700 millones, de dólares -654.000 millones de pésetas-, cifra prácticamente igual a la fijada en el presupuesto precedente, que fue elaborado por la Administración Ford. De la cantidad señalada, sólo 5.500 millones de dólares se destinan propiamente a ayudas exteriores, entre las que se incluyen las contribuciones estadounidenses a los organismos internacionales, en los que se encuentra integrado y la cuota al Banco de Importación y Exportación, cuya principal actividad es la de efectuar préstamos a terceros países.,

En medios políticos de Washington se estima que esta congelación de la ayuda exterior responde sobre todo a la situación económica interna, antes que a motivos de índole política o estratégica. La situación de la economía de Estados Unidos desaconseja -dicen los expertos- cualquier incremento del gasto público.

El volumen fijado este año para los programas de ayuda exterior supone aproximadamente el 0,25 % del producto nacional bruto, en tanto que las promesas de Carter durante la campaña electoral habían señalado que seria aumentado hasta un 0,50 % del PIB; es decir, prácticamente al doble de su actual cuantía.

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