_
_
_
_

La justicia francesa podría disponer de más datos sobre el caso "Pertur"

Las declaraciones de la familia Moreno Bergareche, en las que se acusa a ciertos elementos etarras de haber hecho desaparecer a Pertur por divergencias ideológicas, han sido acogidas con sorpresa y un cierto escepticismo. No faltan quienes sospechan posibles operaciones políticas de desprestigio, pero en general se respeta el derecho de la familia a conocer la verdad y seguir la investigación hasta el final.

En este punto parecen estar de acuerdo incluso los propios comandos bereziak, en cuyo seno militarían, según la familia, los autores del secuestro. El diario vasco DEIA pone las siguientes palabras en boca de un portavoz de este grupo: «Nada mejor que aclarar este caso, caiga quien caiga; desde luego, que siga la investigación.»También el senador y abogado guipuzcoano Juan María Bandrés entiende que es mejor conocer toda la verdad, aunque se trate de un caso tan delicado como éste, en el que es aventurado adelantar cualquier veredicto definitivo.

Bandrés: miedo a la manipulación de la verdad

«Yo fui el abogado de la familia -declaró ayer a EL PAÍS el señor Bandrés- en las diligencias penales que se abrieron en San Sebastián, que fueron rápidamente sobreseídas y archivadas al. no existir datos de que tales hechos hubieran ocurrido dentro de su jurisdicción. Otras diligencias paralelas se realizaron en la zona vasco francesa.»«Ahora la familia hace públicos -añade el señor Bandrés- estos indicios serios de que el acto fue realizado por una rama de la organización, los bereziak, con los que Moreno Bergareche mantenía en aquella época unas distancias ideológicas serias. Me parece muy digno de respeto el derecho de la familia a conocerla verdad y a que se haga justicia. Es una convicción personal mía que el conocimiento de la verdad por el pueblo es siempre bueno. Lo que me parecería más peligrosa es una cierta manipulación de la verdad y que se quisieran presentar como práctica generalizada de una organización los actos desviados de algunos de sus miembros.»

En círculos judiciales y a la vista de los datos hechos públicos hasta ahora por la familia se cree que no hay base suficiente en ellos como para sustanciar una acusación formal. No se descarta, sin embargo, que haya cartas escondidas que no se han dado a la prensa y que están, en poder de las autoridades judiciales francesas. En todo caso entienden que es muy pronto todavía para afirmar nada.

Uno de los puntos que no quedaron claros en la investigación judicial es el relativo a ese viaje en coche que dos refugiados realizaron en compañía de Pertur desde el bar Consolation, de San Juan de Luz, hasta Behobia. El tiempo que transcurrió entre que salieron del bar y le dejaron a Pertur parece mucho más largo del que puede ser normal. Este extremo no quedó en su día suficientemente aclarado, pero tampoco de ello se pueden extraer demasiadas conclusiones, ya que en la clandestinidad suele ser habitual efectuar recorridos muy distintos de los que pueden parecer lógicos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El tema del secuestro previo de Pertur, que en el seno de la organización recibe el nombre de arresto, tampoco puede servir de prueba concluyente, en opinión de los militantes históricos. Recuerdan a este respecto que arrestos similares se produjeron con motivo de la primera escisión de ETA-Berri y más adelante al constituirse la VI Asamblea.

El arresto de Pertur habría estado motivado por una carta que hizo llegar a Múgica Arregui (su mentor político) a la cárcel de Burgos, poniéndole al corriente de las diferencias planteadas ya muy vivamente con los comandos bereziak que dirigía Apala y que luego de escindirse de la dirección de los políticos-militares han terminado en las filas de ETA-militar, con quien comparten la defensa a ultranza de la lucha armada.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_