Año nuevo, problemas viejos
Año nuevo, vida vieja; el Madrid sigue líder, el Barcelona sumido en la lucha electoral para sustituir al presidente Montal, el Atlético sin salir del bache, el supermillonario Valencia haciendo el ridículo y en San Mamés escándalo mayúsculo por un penalti. O sea lo de casi siempre. Si no fuera porque Salamanca y Rayo ocupan la tercera y cuarta plaza de la tabla, habría que pensar en una involución. Quizá la única novedad importante que nos ha traído el año ha sido la victoria fácil del Barca en Elche, en donde del clan holandés solamente estuvo Michels, al que Rexach volvió a echar una mano con dos goles.
Las polémicas sabrosas que el viejo año ha dejado para el nuevo, son sin duda la de los dineros que la selección nacional quiere percibir por acudir a Argentina -por ganar partidos hay otro capítulo- y la designación del único árbitro español en el Mundial.Los jugadores españoles, que en tiempos del verticalismo se negaron a asociarse, lo han hecho ahora, pero lejos de caer en una organización «progre», se están sacando de la manga una serie de reivindicaciones que van a acabar por desilusionar a los modestos. Lo que se intenta huele a un clasismo que atufa. La élite de la asociación no habla más que de primas sustanciosas. El fútbol se salta a la comba los pactos de la Moncloa como si tal cosa. Pero habrá que convenir que los jugadores no tienen por qué ser menos que su seleccionador, el señor Kubala, al que Pablo Porta le acaba de ofrecer el oro, el moro y Fos-Bucráa.
Desde que ha desaparecido la Formación del Espíritu Nacional, los jugadores de fútbol ya no piensan más que en el vil metal. Y es natural que así sea, porque nadie les habla de la furia y de los valores espirituales de Occidente que sus antecesores atesoraban cuando defendían la camisola nacional. Por cierto que después de cuarenta años vistiendo de rojo, la única concesión que se hizo a la izquierda, los jugadores del momento quieren introducirle al uniforme alguna variante por vía de las multinacionales del equipamiento deportivo. Las rayas y los emblemas en la camiseta o los calzones proporcionan muy sustanciosos ingresos. Como la Federación traga con todo, veo en Argentina a la selección anunciando en cada uno de los tres partidos -a lo mejor no disputa más- a una multinacional distinta.
Como en esto de las primas del fútbol, Santiago Carrillo no opina porque al PCE le basta con que Kubala alinee de laterales a Marcelino y Camacho, le preguntaré al primer Santiago de España, Bernabéu, qué tiene que decir al respecto. Bernabéu ha sido siempre un patriota y no dudo que añorará los tiempos en que Di Stefano cobrara menos que hoy Roberto Martínez. Encima Di Stéfano, aunque también vino en un barco, era rubio como la cerveza y le cuadraban las coplas de Concha Piquer. Lo malo de la respuesta de Bernabéu puede estar en que se ponga a cavilar y se acuerde de que Gaspar Rubio pedía diez duros por cada gol o sea que la picaresca de la furia es un tanto rancia.
Al árbitro murciano Franco Martínez, le privaron de pitar una final de Copa del Generalísimo, por si al público le daba por insultarle. Ahora está el primero de la lista de los colegiados españoles que pueden acudir al Mundial. Se entiende, uno sólo, como Zaire. El Comité Nacional de Arbitros, prefiere a Franco, antes que a Guruceta, que ya ha sido incluso olímpico. Hay que reconocer que por vía del apellido va mejor para Argentina el murciano. Pero yo, que le tengo cierta simpatía a Guruceta, me inclino por él. Como para el Mundial no tenemos a un Zarra que marque un gol histórico, bueno sería llevar a un árbitro como éste capaz de mostrarle tarjeta roja al mismo Videla. Sería la única forma de que el paso de los hispanos se recordase.
Mientras lo de las primas y lo de los árbitros se discute a nivel federativo, habrá que prestar atención a lo que sucede en la fuente de Canaletas en donde el catalanismo hace quinielas de cara a la presidencia barcelonista. Carrasco, Casaus y Ferrán, son por su historial el trío de cabeza.
En Madrid, a la cabeza de la popularidad, marcha el Rayo, que también ha vapuleado al «eurobetis». A este paso tenemos a Vallecas en la próxima temporada como Copa de la UEFA. Y con Héctor Núñez de entrenador, un hombre modesto al que todavía no se le ha reconocido su indudable categoría profesional.
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