Esta noche disputa en Torrelavega el mundial de los plumas

Esta noche se disputa en Torrelavega un nuevo campeonato del mundo de boxeo, con aspirante español. Rafael Ortega, panameño, campeón de los plumas, versión Asociación, defenderá su título ante el santanderino Cecilio Lastra. El combate lo organiza Martín Berrocal.

Hace tiempo que Martín Berrocal hizo a Ortega una oferta para venir a defender su título voluntariamente a España. El oponente que en principio le había buscado era Nino Jiménez, campeón de Europa entonces; pero antes de este combate por el título mundial, Nino Jiménez expuso su título de Europa ante el catalán Massó y lo perdió, con lo que Martín Bérrocal pensó que automáticamente los derechos del aspirantazgo pasaban a pertenecer a Massó. Pero este prefirió renunciar a la oportunidad, porque estima más conveniente para su carrera, tanto en el aspecto económico como en el deportivo, explotar antes su título de Europa con algunas defensas, y Berrocal se quedó de nuevo sin aspirante. Pensó entonces en Castañón, campeón de España de la categoría -consiguió el título al derrotar por KO al propio Lastra-, pero tampoco este aceptó, pues prefirió enfrentarse a Massó por el título de Europa en combate que se celebró anoche. Fue así como Berrocal optó por Lastra, a quien se podría considerar como el cuarto peso pluma español del momento.Todo lo anterior habla de la falta de seriedad de la pelea que esta noche se celebra. Una defensa voluntaria en la que el campeón está seguro de no arriesgar nada, porque el aspirante, en principio, no tiene categoría ni para aspirar. Que la Asociación le colocara el décimo del ranking mundial -condición indispensable para que el campeón pueda exponer voluntariamente su título ante él- resulta un descaro colosal. Que Berrocal haya montado este combate habla, una vez más, de la falta de seriedad de sus promociones, y de la pérdida absoluta de rigor en que ha caído el boxeo.

La pelea se celebra en el recinto de la Feria de Ganado de Torrelavega. Televisión, esta vez, ha decidido no ofrecer el combate, lo que es de agradecer, porque su solo montaje supone un descrédito para este deporte, ya muy castigado en este sentido, y Berrocal ha buscado en la tierra chica del aspirante, Lastra, el calor necesario para que el combate no le resulte un fracaso económico. Los gastos en un caso así, no obstante, no son muy grandes, porque prácticamente sólo hay una bolsa para el campeón -y no muy grande, puesto que considera fácil la pelea; cinco millones es lo que cobrará Ortega- en tanto que el aspirante pelea prácticamente gratis, pues se considera bien pagado con la oportunidad que se le ofrece. Esa es la razón por la que ni Massó ni Castañón quisieron hacer el combate con Ortega, y prefirieron disputar entre sí una más real y mejor remunerada por el título de Europa.

Pese a todo lo antes explicado, en este caso el pronóstico no es tan claro como en el Zárate-Rodríguez, disputado hace dos semanas. Ortega es un buen boxeador, pero no se acerca a la categoría de «monstruo» en que se mueve Zárate. Lastra pelea en su casa, sin televisión ni muchos testigos indiscretos, y la forma en que muchas veces se resuelven combates disputados en estas condiciones, obligan a ser cautos en el pronóstico.