Joan Reventós pierde imagen entre la base de su partido

Bajo el signo de una renovación de su dirección y de una aceptación del proceso de unificación con el PSOE, se inició ayer el II Congreso del Partit Socialista de Catalunya (Congrés) (PSC-C) La primera sesión de trabajo debía finalizar a medianoche, para proseguir durante todo el día de hoy.

La pedagoga Maxta Mata y el profesor Isidre Molas son los dos candidatos al consejo general del PSC-C que obtuvieron más votos en un conjunto de federaciones que incluyen la de Barcelona. Ninguno de los dos pertenece al actual secretariado general, lo cual indica que los cambios en la dirección pueden ser de importancia.En cambio, en el cómputo de votos mostrado a EL PAIS por personas de la dirección del PSC-C, su principal dirigente, Joan Reventós, aparece en sexto lugar. Ello sería debido a las críticas efectuadas desde la base a los «vaivenes» de la actual dirección, particularmente en referencia al proceso de restablecimiento de la Generalitat.

Nombres que suben

Las votaciones precongresuales también indican un avance de otras personas que, al igual que Molas y Mata, no pertenecen al secretariado saliente. Se trata del economista José María Vegara, el abogado, Francesc Casares y el profesor Antonio Monreal. De los actuales miembros del secretariado la figura en alza es la del hasta ahora dirigente de la ya diluida tendencia catallanista y diputado al Congreso, Raimon Obiols.

Por otro lado, los fuertes antagonismos aparecidos en los últimos meses entre el diputado Eduardo Martín y el ministro de la Generalitat Narcis Serra han debilitado la fuerza política de ambos, si bien continúan siendo figuras importantes del partido.

Nota destacada es la superación del antagonismo existente en el seno del PSC-C, desde su nacimiento, entre españolistas y catalanistas. Varios son los elementos de esta superación. Por un lado, la salida masiva del partido de dirigentes catalanistas. Por otro, la aceptación por parte de Raimon Obiols, catalanista moderado, del proceso de unificación con el PSOE y finalmente el cambio de actitud de la dirección central del PSOE, la cual actualmente, según fuentes de la dirección del PSC-C, sería más comprensiva hacia el tema de las autonomías que no lo fue en el pasado.

Las mismas fuentes indicaron que el único problema aún pendiente de resolución para lograr la unificación con el PSOE consistiría en conseguir una correcta articulación del futuro Partido de los Socialistas Catalanes (PSC-PSOE) con el PSOE a nivel del Estado.

La aceptación del proceso de fusión con el PSOE no indica el fin de la existencia de corrientes internas dentro del PSC-C, sino por el contrario, éstas adquieren un carácter multiforme.

Así, fueron facilitados a EL PAIS dos documentos que han circulado entre los delegados al congreso, cuyo contenido es divergente en varios puntos capitales. Uno de ellos, de cuatro folios, lleva por título «Aportaciones para una renovación de la política socialista»,y está apoyado por la tendencia más obrerista. Otro documento, de ocho folios, lleva por título «Un salto hacia delante: renovación, refuerzo y unidad», y está impulsado por elementos pertenecientes a la antigua tendencia catalanista.

Los puntos de confrontación serán, sin duda, la continuidad o la desaparición orgánica de los denominados « frentes de lucha», la declaración política del congreso - de sólo seis cuartillas y que ha provocado nada menos que 36 páginas de enmiendas -, la ponencia sobre estatutos y la elección de la nueva dirección colegiada.