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Más de veinticuatro horas para localizar a un automóvil precintado por orden judicial

Un hombre ha presentado denuncia por el presunto hurto de un vehículo que fue precintado por la Guardia Civil de Tráfico por orden judicial. El denunciante localizó el coche, después de más de veinticuatro horas de búsqueda, en un cementerio de vehículos de las inmediaciones de la carretera de Barcelona.

Antonio Fernández Pérez, industrial, domiciliado en Madrid en la avenida de Reina Victoria, número 2, 6º, advirtió la desaparición del vehículo el pasado 21 de octubre. Su narración de los hechos es como sigue:«Es un Seat 850 especial, azul, M-903 522, matriculado a nombre de mi esposa. Sobre las seis y cuarto de la tarde de aquel día, viernes, me dirigí a casa a recoger unos papeles. Estacioné el coche en Doctor Santero, que es paralela a Reina Victoria, a la altura del número 8. Tardé en volver una media hora, y ya no estaba. Pensé que se lo habría llevado la grúa municipal. Fui a la Bombilla y a Aravaca. Nada. Volví a ir a la Bombilla, y tampoco. Regresé a mi casa, ya de noche, y miré en el buzón. Había un papel del subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Madrid. En la hoja se me informaba que el coche había sido precintado por orden del juzgado municipal número 14. Firmaban el documento dos guardias y un testigo llamado Antonio Baeza, con domicilio en la calle de Topete, 40. Había una nota en la que se indicaba que, por gastos de grúa, debería abonar 2.000 pesetas más cincuenta pesetas por cada día de almacenamiento del vehículo, el cual se encontraba en Autoparque Baeza, en el kilómetro 13,200 de la carretera de Barcelona. También ponía en la hoja que el coche estaba abierto.»

El señor Fernández Pérez añade: «Me extrañaron tres cosas: que dijeran que el coche estaba abierto, cuando yo estaba seguro de haberlo dejado cerrado; que no se me hubiera avisado para precintarlo, puesto que me encontraba en casa; y el hecho de que el nombre del testigo coincidiera con el del lugar donde se decía que estaba depositado el coche. Lo que no me extrañó fue el hecho de que fuera precintado el vehículo puesto que debía una multa por valor de 1.000 y pico de pesetas, la cual, por cierto, ya está saldada. De todos modos, y a pesar de llevarse el coche sin avisar, saber que había intervenido la Guardia Civil me tranquilizó, pues en el coche llevaba un maletín de piel de cocodrilo con 320.000 pesetas en metálico y algo más de dos millones en efectos bancarios.»

Un lugar apartado

«A la mañana siguiente -continúa el relato del señor Fernández- llamé por teléfono al número del subsector que se señalaba en la hoja de notificación. Pregunté el sitio exacto del citado Autoparque Baeza y me contestaron que me pasase por las oficinas de la Guardia Civil en General Mola. No me pareció una respuesta adecuada, pues yo necesitaba recoger el coche cuanto antes. Así es que fui a buscarlo. Pero me equivoqué de carretera, y me fui a la nacional VI. Por fin llegué, con testigos, al punto kilométrico 13,200 de la nacional II y allí no se divisaba ningún autoparque de vehículos. Gracias al guarda de una empresa llamada DAP, que es guardia civil retirado, dimos con él, pues llamó por teléfono a la Guardia Civil de Barajas y le indicaron el lugar. Está frente a Ciudad Pegaso, en pleno descampado, a una distancia de un kilómetro de la carretera, por un camino intransitable, en una pequeña hondonada. Es un recinto al aire libre, hecho de tablas y latas. Un cementerio de coches con carteles de prohibido pasar y cuidado con los perros. Me habría echado a reír de haber sido cosa de risa. Allí había un guarda. Me dijo que no podía tocar el coche, que estaba precintado el volante y para hacerlo habían tenido que romper un cristal a fin de abrir la puerta. Me dijo que hablara con el dueño, que resultó ser el mismo que figuraba de testigo de la Guardia Civil y dueño de la grúa con la que se hizo el traslado del coche. Bien, por fin, el guarda me permitió coger el maletín, pero el maletín ya no estaba allí. Tal como estaban las cosas presenté una denuncia en el juzgado de instrucción de guardia, el número 13, por presunto hurto. Y voy a ampliar la denuncia porque ese tal Autoparque Baeza no figura en el Registro dela Propiedad como empresa legalizada.»EL PAIS se puso en contacto con el jefe del subsector de Tráfico que, oficialmente, no se pronunció en el tema por ser competencia judicial. La respuesta obtenida en el juzgado de instrucción número 13 fue que aún no se ha abierto sumario del asunto, pero que la policía está realizando las investigaciones pertinentes. En el denominado Autoparque Baeza, el guarda informó que estaba prohibida la entrada salvo con una autorización del dueño o de la Guardia Civil, pues están depositados allí, con frecuencia, vehículos precintados. El dueño del autoparque, señor Baeza, informó a EL PAIS: «No recuerdo exactamente el caso, pero pregunten ustedes en la Guardia Civil, en General Mola.»

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