Un muerto y varios heridos por explosión de gas en Vich
Una persona muerta y ocho heridas -dos de ellas de gravedad- es el balance de víctimas registrado ayer tarde en Barcelona tras una explosión de gas-ciudad que destruyó totalmente un chalet situado en la calle de Puig Sacal, afectó seriamente al edificio de una escuela colindante y causó el incendio de dos automóviles aparcados en el lugar, además de romper cristales, arrancar persianas y descolgar cables en un radio de doscientos metros.
El cuerpo sin vida de Concepción Casas, propietaria de la casa donde se registró la explosión sobre la una y media de la tarde, fue localizado sobre las cinco y media de la tarde bajo los escombros. Se tiene la impresión de que no quedan más víctimas sepultadas.En la academia Mauricio Isern, colindante con el edificio siniestrado, se encontraba un grupo de 42 jóvenes de unos diecisiete años de edad, de los que dieciséis tuvieron que ser atendidos en un centro médico cercano.
Según las últimas versiones facilitadas por fuentes de procedencia municipal, la causa de la explosión ha sido un escape de gas-ciudad, y no de gas-propano, como se había apuntado en un primer momento. Según dichas fuentes, en el cruce de la calle de Puig Sacal con la avenida de Cristo Rey se encuentra situado un empalme de la conducción de gas-ciudad en una boca de unos diez centímetros de diámetro y a unos cuarenta centímetros de profundidad. Dicha boca, debido unas obras que se realizan en la zona, sé encontraba abierta y cabe la posibilidad de que a primera hora de la mañana, según ha señalado un vecino, algunos niños se dedicaron a arrojar algunas piedras contra la citada conducción, produciéndose un escape de gas.
Debido a las características específicas de gas-ciudad, éste se ha extendido a través de la conducción a ras de suelo, ya que es más pesado que el aire, acumulándose en el chalet afectado, situado a unos cuarenta metros de la citada boca, y ha hecho explosión al llegar la familia propietaria del mismo y, probablemente, encender alguna luz con el consiguiente chispazo eléctrico. Durante los trabajos de rescate, la Guardia Civil ha tenido que aislar la zona, obligando a retirarse a la gente presente, ya que volvió a notarse un cierto olor a gas
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