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El Rayo arrolló al Spórting en la segunda parte

El Rayo volvió a demostrar el domingo que es temible en su terreno. A pesar de jugar un mal primer tiempo, tras el que acabó con desventaja en el marcador, arrolló al Spórting en la segunda parte. El equipo asturiano, que mostró buenas maneras al contraataque, adoleció de inspiración para concretar varias ocasiones de gol. El Rayo, en cambio, con la entrada de González tras el descanso, ordenó sus líneas yjugó con efectividad, apoyado en su ejemplar y ya tradicional derroche de energías físicas.El Spórting de Gijón venía con fama de haber tenido mala suerte en lo que va de Liga. Si perdió en Vallecas no fue esta vez por causa de ninguna veleidosa fortuna, sino por deméritos propios.

El partido tuvo dos fases diametralmente opuestas. En la primera el Gijón mostró mejores maneras, pero sólo consiguió un gol. En la segunda el Rayo no tuvo rival. ¿Qué había sucedido? Algo bien simple. El Rayo tiene un grave problema con Francisco. Este jugador no es que lo haga mal, pero es que no se sabe de qué juega. Como se supone que el puesto a alternar tenía que ser con Rial y Rial tampoco se aclaró de qué jugaba, resultó que el Rayo jugó en la primera parte con sólo dos delanteros: Salazar y Alvarito, los dos extremos, y dos centrocampistas: Landáburu y Fermín. Ni Francisco ni Rial jugaron de nada. Ante un equipo como el Gijón, que se desplegaba con mucha rapidez al contraataque, era dar demasiadas ventajas.

La suerte local, sin embargo, fue que el cuadro asturiano no «terminó» sus buenos comienzos de las jugadas. Tras iniciarlas con rapidez y sensación real de peligro, sus hombres de punta, Abel, Quiru y Ferrero, cometían errores ingenuos. Menos mal que el extremo argentino sí aprovechó un excelente servicio del ex cordobesista Urbano. También fue suerte para el Rayo que los otros dos hombres gijoneses del centro del campo, Uría y Ciriaco, no funcionaran debidameInte, porque Landáburu, pareja del ex madridista, anduvo perdido toda la primera partey Rial o Francisco eran los hombres que deambulaban de cuando en cuando sin peligro para Ciriaco.

La segunda parte, con la entrada de González por Francisco, ya fue otra cosa. Por fin el centro de campo rayista fue el formado por Landáburu, Fermin -que ya no jugó tan atrasado, escondido anteriormente en la izquierda- y Rial, y la delanterapor Salazar, González y Alvarito. Así de fácil. El equipo de Héctor Núñez, aparte de no desmayar en ningún momento, tuvo orden y las ocasiones se sucedieron. Otra ventaja rayista en la actualidad es que ve puerta con facilidad y tiene fe en las ocasiones. Especialmente Alvarito, que forzó el penalti, dio el pase del segundo gol y marcó el tercero, se muestra con eficaz «olfato».Se podria argüir que el fallo garrafal de Castro abrió las puertas de la moral y del triunfo al Rayo, pero tampoco es disculpa para el Gijón. No supo concretar sus contraataques y dio demasiadas facilidades en defensa a los «ratoneros» delanteros rayistas. Vallecas, pues, continúa con su fama de fortaleza inexpugnable. Por algo será. Aunque sea censurable que no por un buen planteamiento táctico rival -lo cual, al menos, sería más disculpable-, sino por su lío propio, Francisco- Rial, pasara esta vez sus apuros.

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