Inaugurada en Madrid la asamblea general de la IATA
Con problemas tan acuciantes como el de la seguridad del transporte aéreo, la crisis energética, la regulación de tarifas, el enfrentamiento con las agencias de viaje y el descenso del tráfico, comenzó ayer en Madrid, bajo la presidencia de los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, la XXXIII Junta General de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional ,(IATA), que reúne a representantes de las 109 compañías miembros.Las reuniones de trabajo, tras la inauguración oficial, se iniciaron con la intervención de su actual presidente, Manuel de Prado y Colón de Carvajal, que a la vez lo es de la compañía española Ibería.
Se refirió el señor De Prado al tema de la seguridad, objetivo fundamental de nuestra industria -dijo-, que atraviesa momentos de grave deterioro. «Somos conscientes de que nuestro personal, nuestras aeronaves y nuestras instalaciones.son vulnerables y que. de otra parte. constituyen objetivo prioritario para cuantos desean utilizar. por medios inaceptables, la consecución de objetivos inconfesables.» Para el presidente de IATA, «la solución de este problema no está exclusivamente en nuestras manos».
Más adelante abordó el tema de la crisis energética que se tradujo en una escalada mundial de las tasas de inflación y una recesión del tráfico aéreo y del turismo. «Los signos de reactivación del tráfico aéreo, que afortunadamente son muy alentadores, sólo repercutirán favorablemente en nuestros resultados económicos, si tanto las autoridades aeronáuticas como nosotros los transportistas nos enfrentamos a la situación con realismo.»
Terminó Manuel de Prado señalando que en su vida de empresario no había conocido una industria que estuviera, como la del transporte aéreo, tan mediatizada. convulsionada, limitada, condicionada y manipulada por acciones del exterior.
Crisis del transporte aéreo
Con posterioridad, fue el director general de la IATA, Knut Hammarskjold, quien presentó a la asamblea el informe anual sobre la situación de la industria del transporte aéreo.El informe aborda las coordenadas del sector aéreo que durante 1976 tuvo unos ingresos, para las compañías asociadas, estimados en 35.000 millones de dólares (tres billones de pesetas). Esto supone que el pasado ejercicio fue el mejor de los conseguidos desde 1969.
En los últimos diez años, señala el informe, la marcha económica de la industria aérea se ha caracterizado por no alcanzar los ingresos requeridos. Se calcula que estos ingresos dejados de percibir ascendieron a 13.000 millones de dólares entre 1968 y 1977. Esta falta de rentabilidad crónica planteará graves problemas a la industria en los próximos diez años, en los que sería necesario realizar ingentes inversiones (del orden de 70.000 millones de dólares), para sustituir el material anticuado y realizar ampliaciones. Dichos resultados no solamente han impedido a los transportistas acumular sus reservas económicas, sino que han venido a desalentar la concesión de préstamos y la inversión de capitales.
Sobre el futuro económico de las líneas aéreas de las empresas de la IATA, el informe pone de relieve que las predicciones sobre el tráfico regular de pasajeros arrojan un aumento anual de casi el 8 % durante el período 1976-1982. Este porcentaje resulta inferior al 10,4 % registrado durante los años 1970-1976 y considerablemente más bajo que el 15,5 % de los años sesenta.
Por lo que respecta a los resultados del ejercicio financiero 1977-78. puede preverse un resultado positivo de explotación del orden del 5 % que incluso sería inferior, en unos 1.400 millones de dólares, a los niveles necesarios. En términos de planificación económica a corto plazo, la atención de la industria está centrada en el ejercicio 1978-79. Para sufragar los costes, previstos, los transportistas deben aumentar sus ingresos. En 1978-79, los ingresos correspondientes a los servicios de pasajeros deberían aumentar en un 7,4 % los del año en curso, solamente para hacer frente a los gastos de explotación. Para lograr un beneficio suficiente, los ingresos deberían aumentar en un 21 % . En breve, se estima que sólo unos ingresos adicionales del orden de 3.800 millones de dólares permitirían a los transportistas de la IATA obtener beneficios suficientes en sus servicios internacionales regulares.
Sobre las relaciones de la IATA con las agencias de viajes, el informe pone de manifiesto que el asunto de conceder comisiones fijas o variables a las agencias ha sido causa de grave preocupación durante casi dos años. La solución es probable que no se alcance hasta mediados de 1978, y hasta entonces seguirá imperando un régimen de libertad en materia de comisiones. Se calcula que el pasado año los transportistas pagaron unos 2.000 millones de dólares a las agencias en concepto de comisiones extras por unos servicios muy limitados. Sin embargo, el público no ha percibido unos servicios, apreciables y si bien en algunos casos han aumentado las ventas de las agencias, no hay indicios de que ello haya estimulado el crecimiento total del mercado.
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