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Un millón de personas en la fiesta del PCE

Entre los momentos más, políticos de la fiesta cabe destacar el mitin celebrado a media tarde del domingo en el gran auditórium del recinto, y -que contó con la asistencia de la presidenta del partido, Dolores Ibárruri; el secretario general, Santiago Carrillo; Simon Sánchez Montero y Rafael Alberti.Santiago Carrillo, refiriéndose a la amnistía advirtió que ya no podrá ser considerado preso político quien cometa delitos alegando esta motivación. Aludió también a la reconciliación, y puso como ejemplo el que en la fiesta participaban unidos los hijos de los vencedores y los vencidos de hace cuarenta años.

Dijo después que el PCE tenía razón en su política, como demostraba el carácter del pacto de la Moncloa..«No se puede dirigir la transición de la dictadura a la democracia, ni hacer frente a la crisis económica con un Gobierno minoritario, ni tampoco con un Gobiemo de izquierda, que también es minoritario », señaló.

En cuanto a lo demás partidos, el líder comunista remarcó que concede prioridad a las relaciones con los socialistas, «porque comunistas y socialistas -dijo- están condenados a recorrer un camino co . mún en la historia». El mitin contó también con unas palabras de Simón Sánchez Montero, unos versos de Alberti y una breve intervención a petición del público- de Pasionaria, que animó a continuar en la lucha -por el socia.lismo la libertad y la democracia.

Mayoría de gente joven

Aunque los mismos organizadores no se atreven aún a dar cifras más o menos redondas de asistentes, todos los cálculos. apuntan hacia . el rnillón de personas, pues si bien. pasaron por la fiesta cerca de millón y.medio, hay que tener en cuenta que muchos hicieron doblete, y asistieron sábado y domingo. Ciertamente el buentiempo ayudó: todos tenían en la mente la fiesta de Torrrelodones, durante la. campaña electoral, frustrada a Uiedias por la lluvia.La mayoría de los asistentes eran jóvenes que deambulaban engrandes grupos de un stand auditóiro o escuchaban las actuaciones en el auditórium, aunque también acudieron numerosas familias con los hijos y los abuelos. Los que no querían correr el peligro de perder a los niños pequeños, podían optar por dejarlos en las tres guarderías que durante los dos días funcionaron a tope.

Precisamente la presencia de gran cantidad de niños o ancianos asistentes originó problemas a veces dramáticos de pérdidas. A media tarille del domingo, la avalancha de avisos de quienes se buscaban unos a otros era tal que el servicio de megafonía tuvo que suspender los urgentes y designar como zona de reencuentro la explanada de las parrillas situadas tras el escenario del audl'tórium y, para niños y ancianos, el pie de la grúa que sostenía la pantalla gigante colgada sobre el mismo escenario.

No obstante, a lo largo de la noche se siguió llamando, entre actuación y actuación, a los padres de un niño que llevaba cinco horas perdido, haciéndole compañía el servicio de orden, o al conductor de un autobús cuyos ocupantes esperaban para marchar a tal o cual lejana provincia, o. al propietario del coche matrícula tal, que aparcado en quinta fila en la carretera de Extrernadura, no dejaba salir a los que estaban en tercera o cuarta.

Aunque el recinto de la Feria del Campo es francamente óptimo para montar una concentración de este tipo, no lo es tanto el emplazamiento geográfico, más aún con las obras que actualmente se.realizan en el puente del Rey. El atasco de tráfico, en horas clave, llegaba desde la plaza de España hasta El Batán. Los coches, como decimos, quedaban amontonados en la autopista de Extremadura o inundaban la Casa de Campo.

Comer, beber o bailar

Una vez dentro de la flesta, el público podía dedicarse a ir de una a otra de las casas de las provincias a beber vino de aquí o de allá, comerse una paella valenciana o unos chorizos -del'Bierzo, o bien ver cine no podían faltar Granada, mi Granada y el Acorazado Potemkin-, bailar en las verbenas, ver o comprar productos de uno u otro sitio, o sentarse en el anfiteatro o escuchar música.En la fiesta predominaron, ante todo, las actividades diurnas. Entre las doce y las dos de la noche las instalaciones se iban cerrando poco a poco, mientras insensiblemente se acababa o dejaba de venderse el vino.

Rosón y Arespacochaga, en la recepción

Entre esas actividades del di a destacó la recepción que el PCE ofreció, a mediodía del domingo, a los delegados extranjeros y personalidades del país. Entre las asistencias relevantes se contaron la del alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, o el gobernador civil de la provincia, Juan José Rosón, que conversaban con Pasionaria cuando el público la permitía interrumpir los saludos en la puerta.Dolores Ibárruri, buscada por la masa por donde iba, armó un considerable revuelo cuando, ad llegar con Santiago Carrillo a inaugurar la fiesta, casi sin avisar, los miembros del partido que les acompañaban las pasaron moradas para sujetar la avalancha que se venía encima. Tanto, que la presidenta del partido hubo de suspender la visita a medio camino.

A la recepción arriba citada estaban invitados también algunos ministros -Jiménez de Parga, Francisco Fernández Ordóñez y Joaquín Garrigues, entre otros-, pero no asistió ninguno. Otro visitante destacado fue, por ejemple, el embajador de la URSS en España, Bogomolov.

En el capítulo de cifras, la recaudación, aunque aún dificil de calcular, se supone que no llega a los cien millones. Una cifra global de otros veinte es el capítulo de gastos de la preparación de la fiesta, realizada por unas 4.000 personas, con unos veinticinco arquitectos y aparejadores que dirigieron las numerosas obras de acondicionamienui

En cuanto a la cantidad de banderas, gorras, pegatinas, caretas de Santiago Carrillo, carteles, o de vino, cervezal- bocadillos y otros comestibles que se vendieron, aún no se han dado cifras. Los militantes del PCE limpiarán durante esta semana los restos. Otros 6.000, en diversos turnos, guardaron el orden y atendieron las guarderías o los servicios sanitarios.

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