Aplazada en Vizcaya la celebración de la IV Semana pro Amnistía

La gestora pro amnistía de Vizcaya ha decidido aplazar la celebración de la IV Semana pro Amnistía. Las de Guipúzcoa y Alava siguen adelante. En cualquier caso, la IV Semana pro Amnistía está muy lejos de alcanzar las características y dimensiones de las tres anteriores.En lo que respecta a Guipúzcoa, la negativa tajante del gobernador civil a permitir otro acto fuera del mitin-festival inicial, la polémica entablada en torno a las comisiones gestoras pro amnistía, la indudable crisis interna de ellas, junto a las expectativas optimistas creadas en algunos sectores por la próxima ley de amnistía y el indudable impasse provocado por el atentado de Guernica y por las continuas amenazas y explosiones de bombas que está habiendo esta semana, han hecho que la semana pro amnistía esté siendo celebrada con rasgos tan contradictorios como pueden ser la tensión y la indiferencia.

La semana transcurre sin grandes concentraciones ni movilizaciones, a excepción del caso del mitin-festival inaugural en el que se llenó el frontón Anoeta. Los actos organizados en los distintos pueblos no van más allá de asambleas, conferencias, proyecciones, algunas de ellas prohibidas, asimismo, por la autoridad gubernativa.

Las manifestaciones previstas no van más allá de escaramuzas, como ayer al mediodía en San Sebastián, donde las organizaciones juveniles habían convocado manifestación en pro de la amnistía militar, o de enfrentamientos violentos con la Policía Armada, como el pasado domingo.

La tensión, con todo, es evidente. La abundante presencia de miembros de la Policía Armada, que impiden la entrada en la parte vieja donostiarra, constituye una buena muestra de ello.

En orden a los próximos días, tampoco parece que el juicio de Miguel Angel Apalategui (mañana en Marsella), haga subir el clima excesivamente, pese a que ayer HASI, un partido político no legalizado, colocó en las calles donostiarras pancartas en las que se decía: "El juicio a Apala es un juicio al País Vasco". La suspensión de la marcha a Marsella, a petición del propio Apala, parece indicar que no va a volver el clima vivido hace algunos meses, con motivo de su juicio y huelga de hambre.