Consumada la escisión de USO
El domingo pasado, con la celebración de un congreso convocado por quienes se oponen a la fusión con UGT, la Unión Sindical Obrera quedó dividida en dos facciones. La titularidad de las siglas y el patrimonio- de esta central -nacida en 1960, sobre la base de la autogestión y una concepción socialista de la sociedad- va a ser dilucidada por los tribunales, al pretender ambas facciones la legitimidad de su posesión.Más de 200.000 afiliados, representados por los 1.150 delegados asistentes al congreso del domingo, rechazaron la posibilidad de unificación con la UGT.
Manuel Zaguirre, que, desde la ejecutiva y desde el secretariado confederal, encabezó en los últimos meses la oposición a la unidad con UGT, fue elegido secretario general de la organización.
Los partidarios de la fusión de las centrales socialistas, entre ellos el secretario general elegido -en el último congreso, José María Zufiaur, aseguraban, por su parte, contar con el 75 % de los afiliados de USO y condenaban al congreso del domingo por antiunitario, antiestatutario y escisionista.
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