Conflictos graves, en numerosas carceles españolas
Continúan los conflictos graves en buen número de prisiones de las distintas provincias españolas. Con distintos medios, los presos sociales, y particularmente la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL) sigue planteando en el interior de las prisiones una tabla reivindicativa que se concreta en la petición de amnistía total, de una reforma del sistema penitenciario y del Código Penal y la derogación de todas las leyes y tribunales especiales. En Córdoba, Sevilla, Cartagena, Barcelona, al menos, se han registrado automutilaciones, huelgas de hambre y mótines. EL PAIS ha intentado, sin éxito, recabar información oficial de parte de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias en todos sus departamentos pertinentes.
Ayer en el centro de cumplimiento penitenciario de Córdoba, 38 preIsos sociales decidieron declararse en huelga de hambre según informó el corresponsal de EL PAIS en Córdoba, Al mismo tiempo, otros catorce se han causado autolesiones. El súbdito francés Jean Pierre Dupont continúa en el.hospital general tras veinte días de huelga de hambre en demanda de revisión de la causa que bajo la ley de Bandidaje y Terrorismo, derogada en 1971, continúa cumpliendo.Estas acciones van encaminadas, según un comunicado de COPEL, a la consecución de los derechos que vienen reivindicando y que, dicen, han sido ignorados por el Gobierno. «En estos momentos en que el Gobierno en las Cortes estudia un proyecto de ley de Amnistía Política -sigue diciendo el comunicado- los presos sociales somos marginados y al parecer excluidos de esta medida de gracia y ello conociendo la grave situación en que nos encontramos: juzgados y condenados por un Código Penal fascista con penas de reclusión que suprimen por su alcance toda posibilidad de reintegración futura. Víctimas del franquismo -continúan- seguimos siendo objeto de la represión, única medida que entiende la Dirección General de Prisiones.»
A continuación muestran sus recelos sobre la reciente reforma penitenciaria donde los derechos de correspondencia, comunicación, y paso de grado, dicen, están a merced de la «letra menuda del decreto». Cuestionan el régimen interno de los establecimientos y especialmente el de Córdoba donde, dicen, se hacinan en condiciones infrahumanas entre doscientos y trescientos hombres en deficiente estado sanitario. Asimismo protestan por la comida, el régimen de explotación de los talleres, la asistencia médica y la falta de servicios.
Por otro lado, y según informa nuestro corresponsal en Sevilla, José Aguilar, se encuentra en franca mejoría el preso común Gregorio Peña Jiménez, que en la madrugada de ayer fue intervenido quirurgicamente en la residencia sanitaria García Morato después de haberse producido lesiones de carácter muy grave al ingerir diversos objetos cortantes. Gregorio Peña, miembro de la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL) se había negado repetidamente a ser operado, accediendo a ello sólo a petición de su madre, trasladada a Sevilla por requerimiento de las autoridades policiales.
Los otros tres autolesionados, también integrantes de la COPEL, están fuera de peligro y han sido conducidos nuevamente a la prisión provincial. Antes de producirse las heridas, los cuatro reclusos se hallaban en huelga de hambre en demanda de amnistía total.
Según informa Cifra, otros dos reclusos más han solicitado ser trasladados al hospital, y dos reclusos continúan en huelga de hambre desde el pasado día 21.
En la cárcel de Cartagena, y de fuentes cercanas a los abogados defensores, EL PAIS ha podido saber que nueve presos han firmado un documento, pidiendo visita inmediata y acusando a un funcionario y al director de malos tratos y arbitrariedad. Según estas fuentes, éstos al menos estarían en huelga de hambre desde el día 26, fecha en que se habrían cortado las venas. Por su parte, y desde la prisión de Ocaña, los presos comunes han comenzado a enviar cartas, la primera al Rey, y copias de ésta a los senadores y diputados de las Cortes, pidiendo se amplíe la medida de gracia y exponiendo su situación así como denunciando la última reforma del sistema penitenciario.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.