Políticos irlandeses rechazan la unión con el Ulster como solución del problema
Ocho años después de que comenzaran los disturbios sectarios en el Ulster, la provincia británica en la isla de Irlanda, las consecuencias políticas del conflicto siguen siendo extraordinarias. Un senador del Parlamento de Dublin, Conor Cruise O'Brien, acaba de dejar la disciplina de su partido, el laborista irlandés, por mantener sobre el Ulster y sobre la unidad de Irlanda posiciones diferentes a las del liderazgo. Sus puntos de vista, por otra parte, han indignado también al actual Gobierno de la República.
Conor Cruise O'Brien, que fue ministro de Comunicaciones en el Gabinete de coalición que fue derrotado el pasado mes de junio, sostiene que sólo una minoría de irlandeses apoyan las reivindicaciones constitucionales que la República de Irlanda mantiene sobre la provincia británica.En una conferencia que pronunció en Oxford, Inglaterra, el doctor O'Brien dijo además que era poco realista, infructuoso y peligroso seguir presionando para conseguir la unidad de la isla de Irlanda, el comentario es un ataque frontal al programa que el Fianna Fail, el partido que está en el poder ahora, quiere cumplir.
También ha supuesto un duro golpe para el grupo de la oposición, que considera que su derrota electoral reciente se debió a las posiciones que políticos como Cruise O'Brien han venido adoptando acerca del Ulster.
El abandono de la disciplina parlamentaria laborista le da al senador O'Brien la libertad para subrayar su independencia política.
No es la primera vez que se enfrenta a la opinión común de su partido. En una asamblea laborista de 1937 se dirigió a sus compañeros para atacar al general Franco, que entonces se había sublevado contra el Gobierno legítimo en España. La mayoría de sus colegas defendían a los insurrectos. En el caso irlandés, el doctor O'Brien siempre se ha enfrentado a la presunción de que una Irlanda unida es la solución democrática a los problemas del Ulster y desde ese planteamiento se ha declarado enemigo de los que quieren obtener la unificación por medio de la violencia: los republicanos del IRA provisional o de quienes de alguna manera los apoyan.
Otro efecto de la crisis política provocada por la situación del Ulster ha sido la expulsión de uno de los fundadores del Partido Socialdemócrata y laborista de la provincia; Paddy Devlin, el político destituido, creé que ese grupo está, abandonando su política moderada y camina hacia reivindicaciones de unificación que van a hacer aún más imposible la creación de una asamblea en la que protestantes y católicos trabajen juntos en favor de un Gobierno autónomo de Irlanda del Norte.
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