Autoridad inicial
La temporada no ha podido empezar mejor para los árbitros. Aparte de las muchas tarjetas exhibidas, demostración inequívoca de autoridad con buenas actuaciones generales, hasta el ministro del Deporte ya se ha interesado en un telegrama -por un problema suyo, concretamente de los árbitros vigueses, que piden elecciones auténticas para designar un delegado.Sólo ha habido una mancha de entidad: la pedrada sufrida por el colegiado Pedro Español, que dirigió el encuentro Badalonat-Reus, de Tercera División, el domingo, aunque sin mayores consecuencias fisicas. Por lo visto, los «francotiradores» prehistóricos córitinúan en funciones a pesar de las vallas que han proliferado en el fútbol español para evitar los «boxeadores» de reyerta.
Los colegiados, pese a sus equivocaciones y alguna que. otra oveja negra como todo humano, forman uno de los apartados más limpios del conflictivo deporte del balón. Su única defensa, indudablemente, reside en que se refuerce su autorídad. El problema es que el tinglado futbolístico se mantiene aún sobre demasiados intereses y tal autoridad puede ser puesta en tela de juicio en cualquier, momento. Todavía y pese al buen comienzo.
Ojalá no sea así. Significaría nada más y nada menos que un aire puro e importantísimo habría entrado en el contarhinado fútbol español.
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