Guardianes «culturales»
En la tarde del martes 23 de agosto, dando un paseo con mi padre tuvimos, ocasionalmente, la idea de visitar «El Centro Cultural de la Villa de Madrid», situado en la controvertida plaza de Colón. Desafortunadamente se aproximaba la hora hacia las ocho en punto de la tarde, cuando en la visita al museo. se nos acercaron los encargados del ayuntamiento dando fuertes palmadas y voces, despidiendo y literalmente echando descortésmente al público. Como consideré que tal comportamiento y malos modales es injustificable, le pedí a uno de aquellos encargados, que hiciera el favor de moderar su tono, a lo que contestó, despectivamente «venga, a la calle». Pero aquí no quedó todo, ni mucho menos, pues inmediatamente vino otro compañero del anterior, indudablemente mucho más impaciente por la hora y más airado, diciendo que ya era tarde, y menos contemplaciones y que «a hacer puñetas". Ante tal conducta agresiva, grosera e irrespetuosa con todos los allí presentes, no tuvimos otra alternativa que salir lo antes posible de forma bastante incómoda y desairada como puede suponerse. Está claro, y más en un centro inaugurado recientemente, que no es mucho suponer que esté abierto «al servicio del público», por lo que considero injustificable, de todo punto, estos hechos. Una vez más en este país, los que deberían dar ejemplo de una conducta amable y cortés al servicio de la sociedad son, precisamente, los que creyéndose los dueños de lo que no les corresponde tratan al público con voces, malos modales y vejaciones. Está visto que el ciudadano tiene que seguir soportándolo todo. Sería de agradecer que la autoridad del ayuntamiento, a quien corresponda, si es que acaso esto le interesa, tuviera un poco de cuidado con el personal, en un centro hecho, teóricamente, para los madrileños y el público en general, y que se dice «cultural», pero donde ya el civismo y la corrección brillan por su ausencia.
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