Farmacéuticos y Seguridad Social enfrentados por causas económicas en Portugal
Los beneficiarios del seguro social -Previdencia- soportan a partir del lunes los efectos del conflicto que enfrenta a los propietarios de las farmacias y la dirección de la Previdencia.Los farmacéuticos han decidido que los compradores de medicinas deberán pagar el total del importe de las mismas, en vez de desembolsar únicamente la diferencia entre el precio total y la cuantía reembolsada por el seguro.
El conflicto, que se venía arrastrando desde hace varios meses ha llegado a su punto de ruptura, cuando la Asociación de los Farmacéuticos ha declarado su imposibilidad de continuar manteniendo sus compromisos con los laboratorios, debido al retraso en el pago por parte de la Previdencia, de los millones de escudos adeudados a las farmacias.
Los empleados de farmacia y el Gobierno acusan al sector farmacéutico de mala fe ya que el atraso (actualmente de dos o tres meses) en la liquidación de las deudas de la Previdencia no es un hecho nuevo, sino que existe prácticamente desde la creación del sistema, y desde luego, mucho antes del 25 de abril.
A pesar de todo, es la primera vez que los dueños de las farmacias recurren a una medida tan drástica, máxime cuando el sector farmacéutico arroja resultados financieros excelentes, que se traducen en un crecimiento rapidísimo de los beneficios realizados.
En su defensa, los farmacéuticos argumentan que si el atraso es, de hecho antiguo, la ampliación considerable del número de los beneficiarios de la Previdencia hace que las deudas alcancen un volumen insoportable para la liquidez de las empresas.
Si las empresas públicas han hecho un gran esfuerzo para regularizar su situación, hay numerosas empresas privadas que deben cientos de millones a la Previdencia y se hallan en una situación económica tal que no es de esperar que vengan a liquidarlos en breve plazo. Recientemente, los sindicatos de la industria textil han tomado la iniciativa de publicar una larga lista de empresas con el importe de las respectivas deudas a la Previdencia. Para estos sindicalistas, este escándalo, ahora revelado en toda su amplitud, no es más que una ilustración de los diversos métodos de sabotaje económico y de descapitalización de las empresas utilizados por el patronato, inmediatamente después de la revolución.
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