El PSOE tratará de romper el equilibrio con UCD en las elecciones municipales

«El Partido Socialista Obrero Español es hoy una parte considerabilísima de la alternativa social, política y económica. De aquí a un año podría ser la alternativa del Poder; no digo que lo sea, sino que podría serio. Huiremos de posturas maximalistas, frente a la Unión de Centro Democrático, y también de dar respuestas exclusivamente coyunturales para cada uno de los problemas que se planteen.» Estas afirmaciones las hizo ayer Felipe González, secretario general del PSOE, durante su intervención en la Escuela de Verano que el partido ha organizado en Madrid.

El secretario general del PSOE acudió ayer al Colegio Mayor San Juan Evangelista, donde se aloja la denominada Escuela de Verano, como cursillo de formación para militantes y en el que se desarrollan distintos seminarios y actividades, en régimen de internado, con asistencia de miembros del partido procedentes de distintas provincias.La intervención del señor González se enmarcaba en el análisis de «La coyuntura política. La estrategia del partido», y comenzó con una exposición del líder socialista a la que pudo asistir la prensa, seguida de un coloquio en el que participaron los asistentes al curso. Los organizadores advirtieron públicamente del carácter interno del coloquio, y los asistentes despidieron a los informadores con un aplauso, tras una referencia expresa a la tarea democratizadora mantenida por un amplio sector de la prensa española.

El señor González comenzó exponiendo las alternativas que la directiva del partido había analízado como posibles resultados de las elecciones. Descartada la del «pucherazo» -no negó la posibilidad de «pequeñas manipulaciones» o presiones residuales del autoritarismo- se barajaron tres: un triunfo aplastante del partido gubernamental, seguido a bastante distancia por el PSOE, una victoria socialista que hubiera obligado al partido a formar Gobierno y, la más compleja y difícil, que resultó en la realidad: la ligera ventaja de UCD frente al PSOE y el gran distanciamiento de estas dos formaciones respecto al resto de los partidos, en el campo de la derecha y de la izquierda.

Esa situación configura, según el señor González, «un equilibrio de fuerzas que todavía no hemos asimilado suficientemente ninguno de los dos partidos» «No se ha creado una situación bipartidista -dijo-, pero no podemos menospreciar el resultado de las elecciones. »

Rechazó más tarde las afirmaciones de que el voto del PSOE no es un «voto de calidad» y pudiera ser un «voto viajero». Advirtió del peligro totalitario que se esconde detrás de las referencias a «vo tantes de calidad» y argumentó que el electorado había tenido suficiente oportunidad para elegir y había elegido de manera inequívoca.

Tras explicar que el objetivo del partido era la consecución del poder, como un medio instrumental para lograr el cambio de la sociedad, explicó que la estrategia inmediata sería mantener distancias respecto a UCD, implicarla y presionarla para que agote sus posibilidades políticas, hasta que llegue a un tope en que su propio electorado no se lo permita y empiece a retraerse hacia posiciones más a la derecha, dando el voto a formaciones como Alianza Popular. Ese -dijo- «será el momento en que se produzca la posibilidad histórica de la alternativa socialista».

Partiendo de esa situación de equilibrio, el señor González entiende que podría romperse en las próximas elecciones municipales a favor del PSOE, por eso insistió en que las municipales se convertían en objetivo preferente e inmediato del partido.

Este aspecto, junto con la estrategia parlamentaría y la sindical, sintetizan los tres grandes planos de actuación del partido en el futuro inmediato.

Conquista del poder a nivel municipal, en las próximas elecciones, distanciamiento de UCD, en el Parlamento, sin maximalismos y ofreciendo respuestas que no sólo sean alternativa inmediata, sino alternativa válida a medio y largo plazo para los problemas controvertidos, y estrategia sindical que calificó de trascendental.