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El conflicto penitenciario, en punto muerto

A las dos de la madrugada de hoy la situación en la cárcel de Carabanchel permanecía estacionaria, si bien las negociaciones emprendidas a las once de la noche de ayer quedaron rotas. La tensión general decreció a esa hora, y no se esperaba una intervención inminente por parte de la policía, que mantenía estrecha vigilancia alrededor de los amotinados. El grupo de abogados que ha protagonizado las negociaciones con los reclusos anunciaron su propósito de cursar telegramas a las más altas autoridades de la nación para solicitar la dimisión de José Moreno, director general de Instituciones Penitenciarias. Es de destacar el hecho de que las medidas adoptadas en señal de solidaridad desde otros presidios de el país han remitido en Sevilla, Puerto de Santa María y León, donde alcanzaron fuerza a lo largo de la jornada de ayer, si bien otros penales han experimentado recrudecimiento en la actitud de los reclusos, como es el caso de Palma de Mallorca, o el penal femenino de Yeserías, en Madrid, que se incorporaba al conflicto.

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También a primera hora de la noche, un incendio en los matorrales circundantes a la cárcel de Carabanchel concitó temores entre las autoridades y familiares de los reclusos, si bien no alcanzó dimensiones notables y fue sofocado inmediatamente por los bomberos. Grupos de personas que permanecían en las inmediaciones de la cárcel fueron expeditivamente dispersadas por policías de las brigadas antidisturbios, que llegaron a realizar alguna detención. En un bar de hamburguesas enclavado en el parque Eugenia de Montijo, un grupo de policías penetró y desalojó a su propietario, José Cerecedo y a su familia. Tanto su hijo José como su hija María Begoña, de diecisiete y catorce anos, pasaron posteriormente exámenes clínicos en la Residencia Sanitaria Primero de Octubre, donde se les apreciaron contusiones y hematomas.El grupo de abogados que ha protagonizado desde el primer día las negociaciones entre presos de Carabanchel y autoridades convocó ayer, a las siete de la tarde, una rueda de prensa para dar a conocer el desarolIo de las mismas, Según sus declaraciones, toda la tarde del martes, hasta las tres de la madrugada, la emplearon en recorrer las galerías, hablar con los 34 presos aislados en la rotonda central, en llevar propuestas y contrapropuestas, y tratar de vencer mil pequeños obstáculos que hacían perder un tiempo precioso. Consiguieron que los médicos de la prisión se hicieran cargo de unos diez heridos, los más importantes, que han sido trasladados a centros hospitalarios.

No se consiguió, en cambio, que se les suministrara agua. A las doce de la noche los abogados se reunieron, en el despacho del director de la prisión, con el director general de Seguridad, jefe superior de Policía, gobernador civil, director general de Instituciones Penitenciarias, el comandante de las fuerzas de orden público y el comisario de Los Cármenes, barrio en que está enclavada la prisión.

Integridad física

La tregua pactada garantizaba la integridad física de los presos hasta las doce de la mañana. La noche y parte del día siguiente se aprovecharon para que 420 presos que no se habían sumado al motín fueran trasladados a las cárceles de El Dueso, en Santoña, y Guadalajara.

Las reivindicaciones planteadas a las autoridades se referían a que no hubiera sanciones administrativas (celdas de castigo), sino que se esperara a las conclusiones de una investigación, en la que se señalaran las responsabilidades individuales. Se pedía, además, que las sanciones que pudieran decretarse fueran indultadas por el próximo Consejo de Ministros.

En estos puntos comenzó un verdadero problema de competencias, que en opinión de los abogados se utilizó como pretexto para evadir responsabilidades. La Dirección General de Instituciones Penitenciarlas insistió en que las sanciones se producirían, así como los traslados, pero que ella no podía anularlas, puesto que su Imposición corresponde a la junta de régimen de la misma prisión, a la que, por otra parte, se dijo que era imposible convocar en estos días.

Antes de las doce del mediodía de ayer había esperanzas de una solución pacífica del conflicto. Desde las siete de la mañana los abogados comenzaron nuevamente a recorrer las galerías convocando a los presos para que eligieran portavoces y votaran los puntos de la negociación. Imprevisiblemente, a las once y media, antes de expirar la tregua, las fuerzas del orden comenzaron a disparar, y las autoridades con las que se negoció la noche anterior no volvieron a ser localizadas.

La situación quedó al mando del comisario de Los Carmenes, quien ni siquiera permitió a los abogados utilizar el teléfono de la cárcel para llamar al director general de Seguridad, lo que tuvieron que hacer desde una cabina pública.

Hablaron a continuación con el señor Rosón, quien manifestó que la tregua había terminado y que las negociaciones quedaban rotas. Igualmente, el secretario del director de Instituciones Penitenciarias no les hizo caso y se limitó a decir que intentaría localizar al director. Otro grupo de abogados logró hablar con el director, quien argumentó que el motín había pasado al Ministerio del Interior, y que Justicia no tendría ya competencia alguna hasta el momento en que los presos fueran desalojados.

El director del centro invitó por la tarde a varios periodistas a comprobar los destrozos causados por los presos, que son considerables, y se cifran en unos ochenta millones de pesetas. Varios grupos políticos minoritarios convocaron una manifestación ante la prisión alas nueve y media de la noche. La policía no permitió que nadie se acercará al edificio, y la vigilancia se incrementó.

Motines en toda España

Los motines se han extendido ya a seis nuevas prisiones. En todos ellos se mencionan las reivindicaciones de amnistía y reforma del sistema penitenciario, asi como acabar con la explotación de los presos. A media tarde se encontraban amotinados 212 reclusos en Palma de Mallorca, 165 en Sevilla, 140 en Puerto de Santa María (Cádiz), 120 en Valencia, 130 en Burgos, cincuenta en Badajoz, 55 en Zaragoza, 130 en Santa Cruz de Tenerife, 270 en Las Palmas de Gran Canaria y cuarenta en Granada.

El motín iniciado el martes en Valladolid acabó ayer a media tarde ante la falta de agua y alimentos para continuar en su actitud. En Oviedo, los cuarenta presos fueron desalojados violentamente por la policía y recluidos a continuación en celdas de castigo.

Por último, en Barcelona el motín comenzado ayer a la una de la tarde acabó tres horas después, cuando el director del penal aceptó que no se produjeran sanciones ni ningún tipo de represalias físicas.

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