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Confrontación de tendencias entre el comité y el comité ejecutivo de los comunistas catalanes

En la perspectiva de la celebración, a partir del próximo 29 de octubre, del cuarto congreso del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), han reaparecido, probablemente agudizadas, las tensiones internas existentes en el seno de dicho partido. Estas tensiones salieron a la luz el pasado mes de marzo, con motivo de la segunda conferencia de militantes del PSUC de Barcelona-ciudad (véase EL PAIS de 4,9,19,27 y 30 de marzo).

Desde el pasado mes de marzo, ninguno de los dos sectores en pugna había facilitado nuevas informaciones a EL PAIS. En cambio, después de la celebración, los pasados días 2 y 3 de julio, de un pleno del comité central del PSUC, al que asistió Santiago Carrillo, han sido ya, exactamente, cinco los militantes y dirigentes del PSUC que, sin ser requeridos, han facilitado informaciones precisas y detalladas sobre tensiones internas en el seno de su partido. Los informantes pertenecen a los dos sectores en pugna y todas sus informaciones han sido posteriormente contrastadas mediante largas conversaciones con otros militantes y dirigentes del PSUC. Ninguna información procede de fuera del propio partido.Como ya se informó en marzo, existían y continúan existiendo dos líneas o tendencias manifiestamente encontradas. La más moderada recibe el nombre de socialdemócrata o bandera blanca, debido a que sus principales figuras proceden del grupo político, de extrema izquierda, Bandera Roja. Esta corriente es la más acentuadamente eurocomunista, y en sus ataques al otro sector le aplica a menudo los calificativos de estalinistas y cunhalistas, esto último en base a la presunta simpatía de sus oponentes por el líder comunista portugués Alvaro Cunhal.

Esta segunda tendencia recibe el nombre de histórica o pura, por cuanto que sus dirigentes son partidarios de modificar los criterios pasados del PSUC en mucho menor grado que sus antagonistas. Esta corriente también es calificada de sacristanista, por considerar que su mentor ideológico es el filósofo Manuel Sacristán, quien continúa perteneciendo al comité central del PSUC, pese a que. como es absolutamente notorio, sus posiciones ideológicas suelen ser más radicales que las sustentadas por el resto de los principales dirigentes.

Rechazo en el comité central

El renacimiento del debate viene de la propuesta que se hizo en el último pleno del comité central, al proponer que Jordi Borja. principal representante de la corriente bandera blanca, pasase a integrarse en el comité ejecutivo con la finalidad de poder tomar parte muy activa en la organización de la campaña de las futuras elecciones municipales.Tal propuesta originó una muy dura reacción por parte de los históricos. Destacó, por su dureza verbal, la del histórico Josep Serradell -conocido con el nombre de guerra de Josep Roman- y la de una veterana militante. que leyó un escrito. Por todo ello. Jordi Borja no pudo integrarse en el comité ejecutivo.

Había sido precisamente la presencia de Jordi Borja en el comité local de Barcelona el detonante de la crisis de marzo y fue en la segunda conferencia de Barcelona cuando los históricos consiguieron que Borja dejase de pertenecer al mencionado comité (véase EL PAIS de 30 de marzo).

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Curiosamente, en aquella segunda conferencia, la gravedad del debate quedó parcialmente diluida a base de traspasar parte de las funciones del comité local de Barcelona al comité central del PSUC. Y ahora, la confrontación reaparece en el seno de este último.

Además, con relación al comité central, cabe destacar que durante largo tiempo su importancia real ha sido muy limitada a causa de las dificultades que implicaba su convocatoria en condiciones de clandestinidad. Por ello, el proceso de apertura hacia lo que recibe el nombre de eurocomunismo, tuvo que ser protagonizado por el comité ejecutivo, mientras el comité central quedaba más al margen del proceso liberalizador.

En efecto, tanto los bandera blanca como los históricos indican claramente que el comité ejecutivo tiene tendencia a hacer suya la postura bandera blanca, mientras el comité central tiende a inclinarse, como se vio, hacia los históricos.

Tema de también agudo y confrontado debate fue el de la reorganización del PSUC en determinadas ciudades, particularmente en Gerona, donde la base del partido reclama que en las relaciones orgánicas domine el sentido de abajo arriba, en vez de «recibir dirigentes de Barcelona lanzados en paracaídas, sin conocer la realidad local».

El profesor Sacristán

Es en el comité central donde tienen eco las posturas ideológicas del profesor Manuel Sacristán, quien hasta fecha reciente parecía relativamente alejado de la política activa por razones de salud. En cambio. ahora. dicta unas clases en la Escola d'Estiu en las que están presentes fuertes ataques a la socialdemocracia y el revisionismo, mientras muestra respeto hacia posturas situadas a la izquierda del PSUC.Uno de los dirigentes comunistas bandera blanca informantes señaló que «Sacristán se inclina por una alianza política con fuerzas situadas a la izquierda del PSUC, mientras que nosotros y el comité ejecutivo del partido nos inclinamos marcadamente por lo contrario».

Así, en el terreno organizativo, los históricos ven con confesado recelo la importancia orgánica de los adheridos y simpatizantes, frente a los militantes, mientras que los bandera blanca quisieran llevar hasta las últimas consecuencias la concepción del PSUC como un partido de masas, y acusan a los históricos de continuar siendo, de hecho, partidarios de un partido de cuadros.

Un dirigente bandera blanca indicó: «Los históricos también dicen ser partidarios de un partido de masas, pero desean que las masas sean cuadros.»

Por su parte, los históricos consideran que la segunda conferencia de Barcelona fue una gran victoria para sus tesis y resaltan que en ella consiguieron derrotar una propuesta del comité ejecutivo, lo que califican de «quizá hecho histórico sin precedentes en un partido comunista». Esta corriente más «dura» también afirma que «el Ingreso masivo de militantes no debe hacer peajer el carácter eminentemente obrero del PSUC, como desearían los bandera blanca.

De dirigentes a dirigentes

Los históricos también manifiestán que uno de los grandes orígenes de las crisis viene determinado por el ingreso de caballo siciliano efectuado por varios antiguos dirigentes de Bandera Roja, quienes pasaron automáticamente a ser dirigentes del PSUC. Los históricos recuerdan los duros ataques formulados al PSUC cuando estos actuales dirigentes de su partido pertenecían a la dirección suprema de Bandera Roja.

Lógicamente, las pasadas elecciones y el importante número de votos obtenido por el PSUC también son, motivos de consideraciones divergentes. Sobre este particular, los históricos ponen especial énfasis en que «las elecciones son un aspecto importante de la lucha política, pero no el único». Por su lado, los bandera blanca indican que muchos históricos tuvieron una «actitud inhibicionista de hecho con relación a las elecciones». Y resaltan que el responsable de prensa del comité de Barcelona -un conocido periodista manifiestamente histórico- «se fue a Portugal durante una semana en las vísperas de las elecciones, abandonando su importante papel en el proceso electoral». Agregan que «allí mantuvo importantes contactos con dirigentes cómunistas portugueses».

Aparentemente, el gran porcentaje de votos obtenido por el PSUC tendría que favorecer a la línea moderada. Pero los partidarios de esta corriente manifestaron a EL PAIS su temor de que el escaso éxito electoral del Partido Comunista de España pudiese endurecer a aquél y que ello repercutiera contra los criterios dominantes en el comité ejecutivo del PSUC, cuya moderación es evidente.

Los temas de política inmediata y general -como son las relaciones con los socialistas, con Jordi Pujol y con Josep Tarradellas- parecen estar radicalmente ausentes del debate, por lo menos en su estadio actual. Por otro lado, es prácticamiente imposible conocer con detalle, en este momento, cuál es el grado de fuerza de una y otra corriente y, en base a ello, pronosticar cuál de ellas dominará en el anunciado congreso. En lo que hay tina coincidencia extrema de criterios entre las partes confrontadas es en señalar que dicho congreso -cuya celebración había sido retrasada el pasado mes de marzo - clarificará definitivamente, quizá de forma más o menos traumática, la compleja situación actual. Sin ningún tipo de tremendismo, es de indicar que la palabra «escisión» fue repetidamente utilizada, a menudo matizada por frases condicionales, por los diversos interloculores de EL PAIS.

Nuevos militantes

A nivel de datos concretos -pero parciales- podría avanzarse que en el seno de la organización obrera los criterios donnantes serían los históricos y que además, los bandera blanca habrían perdido posiciones en la organización universitaria y en Barcelona-ciudad.En ocasión de las Informaciones aparecidas en marzo, sustancialmente en EL PAIS, sobre las dos tendencias internas del PSUC, el comité central de dicho partido dio a conocer una declaración en la que aludía a una presunta «campaña contra el partido» (véase EL PAIS de 9 de marzo). Hechos posteriores -y en concreto un artículo publicado en Triunfó por un destacado periodista del PSUC-, confirmaron la existencia real de las dos tendencias. Tanto entonces como ahora, las informaciones procedían muy, estrictamente de militantes y diriguentes del PSUC identificados con una y otra tendencia.

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