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El precio de los coches, subió tres veces en un año

Desde que en el pasado mes de diciembre el Gobierno decretó la libertad para los precios de la industria automovilística, éstos iniciaron una espectacular alza para, según los dirigentes del sector, ganar el tiempo perdido y retornar a sus empresas a niveles de capitalización que se estaban perdiendo progresivamente.Como sea que los aumentos de precios se producen en la actualidad con una total y absoluta anarquía, ya que suben por modelos, marcas o cilindradas, EL PAIS recurre a ofrecer el proceso de alza seguido por una serie de modelos, quizá los más caracterizados y significativos de cada marca de cara a que el lector pueda tener una idea clara de los incrementos porcentuales y totales efectuados.

Dada la dificultad de seguimiento de los aumentos continuados que experimentan los precios de los turismos, EL PAIS ofrecerá de forma periódica el valor de cada uno de los modelos, según cifras obtenidas de forma oficiosa. Los precios que facilitamos en el cuadro adjunto son francos fábrica, sin incluir impuestos, matriculación y los tradicionales extras que suelen incorporar los vehículos y suponer un pequeño encarecimiento en el precio final. En un año, los turismos modificaron sus precios en tres ocasiones y se espera que continúen las subidas que los fabricantes pretenden aplicar en el momento en que sus costes aumenten.

La mayoría aumentan entre el 20 y 30%

Al establecerse la libertad de precios se autorizaba a los fabricantes a modificar los precios de cada uno de los modelos de forma desigual. La primera reacción de los fabricantes fue aumentar los precios de los modelos de mayor cilindrada y por tanto de mayor coste.Más adelante se aplicaron subidas prácticamente lineales. Se da el caso de que en alguna de las gamas, Simca 1.200, por ejemplo, los aumentos, según tipos, oscilan entre el 10 y el 30%.

En el período considerado, las cifras de ventas de turismos han mejorado sensiblemente sobre períodos anteriores, recuperando los niveles de la etapa de prosperidad de 1973 y 1974. Los fabricantes españoles consideran que la crisis ha maltrecho su estructura de capital y beneficios y que sólo una política de precios adecuada puede evitar la desaparición definitiva de éstos. El consumidor ante los aumentos no ha reaccionado, al parecer, con un abandono del turismo ni por una actitud de reservas ante el cambio de modelos.

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