"Apala", aval de la vida de Ybarra
Sobre las cinco de la tarde de ayer, Miguel Angel Apalategui telefoneó desde la comisaría de San Juan de Luz a uno de sus amigos, probablemente miembro también de los comandos especiales de ETA, para comunicarle que si se mataba a De Ybarra, él sería entregado a las autoridades españolas.De este modo, el secuestro de Javier de Ybarra entra en una fase inesperada, al convertirse el propio «Apala» en una especie de rehén para garantizar la vida del secuestrado y, tal vez, su pronta liberación.
Todo hace pensar que las conversaciones mantenidas ayer en la comisaría de San Juan de Luz entre la policía francesa y el dirigente etarra discurrieron en torno al secuestro. Y las garantías dadas por «Apala» debieron ser muchas, ya que para úlilma hora de la tarde se esperaba su inmediata puesta en libertad, a pesar de que la policía francesa tenía numerosos cargos contra él: viajar en coche robado con documentación falsa, llevar un pasaporte también falso y, en última instancia, residir clandestinamente en Francia, ya que no tiene la carta de refugiado político.
Todos estos cargos le hubieran conducido, probablemente, a la cárcel en otra situación. El hecho de que pudiera ser liberado sin acusación alguna y solamente conducido a la isla de Porquerolle a título preventivo -ayer por la noche había ya una habitación reservada para él en el hotel de la isla- hace pensar que su libertad se ha negociado a cambio de la del se cuestrado. De todas formas, a primeras horas de la noche se tenía la convicción de que podía hacerse cargo del detenido la autoridad judicial y no sería trasladado a la isla, sino directamente a la prisión de Bayona. Asimismo, parece haberse confirmado que la fotocopia de la carta encontrada en poder de «Apala» se refiere a la petición de los mil millones por el rescate de Javier de Ybarra, que deberían ser entregados en el plazo de 48 horas.
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